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martes, 6 de noviembre de 2012

Memories - Prólogo

Prólogo

Le veo alejarse de mí. Su ancha espalda es lo único que puedo ver. No existe nada más a mi alrededor, solo él. Su presencia me absorbe. 
Pero me duele, me duele tanto que no lo soporto. El dolor me ata, ahoga mis gritos, soy incapaz de llamarle, soy incapaz de ponerme en pie y seguirle. 
Los párpados me empiezan a pesar. La oscuridad invade el mundo, poco a poco. Trato de mantener los ojos abiertos, trato de mirarle, pero el agotamiento poco a poco me hace caer. 
-Volveré a por ti. 
Son las últimas palabras que escucho.

Memories - Ficha

Título: Memories 

Argumento: 
Bianca siempre ha llevado una vida de lo más normal, siempre ha sido una hija ejemplar, una buena amiga, una buena estudiante. A sus dieciocho años, tiene claro lo que va a hacer. 
Hasta que un extraño se presenta ante ella y siente que le conoce de antes. 
De otra vida. 

Tipo: Varios capítulos 
Finalizado: No 
Público: mayores de 16 
Temática: romance, drama, fantasía 
Advertencias: muerte de personajes 
Categoría del fanfic: originales 
Lista de capítulos: prólogo + - 

Prólogo

domingo, 28 de octubre de 2012

Strange - Ficha

Título: Strange 

Argumento: 
Aunque nos empeñemos en cambiar, en ser distintos a como somos en realidad, siempre seremos unos extraños... 

Tipo: oneshot 
Finalizado: No 
Público: mayores de 18 
Temática: Yaoi, drama 
Advertencias: violencia 
Categoría del fanfic: Anime/Manga – Durarara! 
Lista de capítulos: capítulo único

Strange

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Todo Por Una Copa

Todo por una copa

~Punto de vista de Uruha~

Bebí otro trago de mi copa de sake. Era la primera copa que tomaba, y ya hacia tiempo que no bebía. Miré a mi alrededor y centré mi atención en Aoi. Estaba solo, sentado a la barra, bebiendo. Cogí mi copa y me acerqué a él.
-¿Cómo es que bebes solo?-le dije
-Porque no tengo con quien hacerlo
Arqueé una ceja.
-Me tienes a mí-me senté a su lado
-Pero tú sueles beber solo...
Bebí otro trago y me dediqué a mirarle mientras bebía. Estuvimos un buen rato bebiendo, una copa tras otra, casi sin hablar. De pronto, Aoi acercó sus labios a mi oído.
-Llévame a tu casa...-me susurró
-¿Q-qué?
-¿No es eso lo que haces con tus ligues de bar? Llévame a tu casa, Uruha...
Le miré con incredulidad, ¿Aoi pidiéndome que le llevase a mi casa? No me lo podía creer... ¡Me está ofreciendo que le lleve a mi casa y que lo tome! Hacía tanto tiempo que quería esto...
-Está bien-le cogí de la mano-. Vamos a mi casa.
Según llegamos a mi casa, tras cerrar la puerta, Aoi se me acercó sensualmente y comenzó a desabrochar mi camisa.
-Esto es lo que suelen hacer primero tus ligues de bar, ¿no?-dijo
-No, lo primero que suelen hacer-tomé su rostro entre las manos, obligándole a mirarme-es esto-junté mis labios con los suyos
Cuántas veces soñé con hacer esto, cuántas veces soñé con tenerle así... Pero claro, él no lo sabe...
Conseguí que entreabriese sus labios e introduje mi lengua en su cavidad. Nuestras lenguas luchaban por el poderío, por el control en ese beso, pero Aoi sabía que yo saldría vencedor, porque de todas formas eso es lo que él desea, lo sé. Conseguí llevar mis manos hasta su camisa, la desabroché y se la quité, y él me quitó la mía. ¿Dónde lo haremos? ¿En el salón? ¿En la habitación? ¿En el baño? No sé...
-¿Dónde quieres que lo hagamos, Uruha?-dijo Aoi, soltando el cierre de mi pantalón
-¿Tanta prisa tienes?-gemí al notar su mano sobre mi miembro
-Tengo ganas de hacerlo contigo, ¿es eso malo?-introdujo su mano en mi ropa interior
-Realmente... ahh~... no...
Traté de guiar de nuevo la situación, aunque con las caricias de Aoi en mi miembro realmente me estaba costando. Volví a besarle, le tomé de la cintura y le guié hacia el sofá del salón mientras le desabrochaba los pantalones. Le tumbé en él conmigo encima, me separé un poco y de un tirón le quité los pantalones, dejándole solo en ropa interior. Después, llevé mis labios a su cuello, donde me dediqué a besar, lamer y morder su piel, haciendo que Aoi emitiese gemidos de placer. Llevé mis manos a sus pezones y comencé a jugar con ellos, haciéndole gemir más fuerte, y al estar apoyado en él, me di cuenta de que su miembro se endurecía cada vez más, al igual que el mío.
-Te estás poniendo bastante duro, Aoi-le dije contra la piel de su cuello
-Como para no hacerlo... ahh... contigo estando encima de mí...
-Jajaja.
Abandoné su cuello para bajar poco a poco por su torso, detenerme en sus pezones, lamerlos y morderlos, mientras que mis manos bajaban más aún, hasta sus bóxers. Pasé la mano sobre ellos, notando su miembro. Oh, joder, qué dura la tenía... Bajé sus boxers y se los quité, y una vez desnudo, bajé con mis labios hasta toparme con su miembro. Quería hacer este momento lo más largo posible, quería hacer que me rogase, que me suplicase...
Empecé por tomar su miembro entre mis manos y acariciarlo con delicadeza, lentamente, muy lentamente, torturándolo. Después, pasé la lengua con cuidado por toda su longitud; sentí cómo Aoi se estremecía.
-¿Quieres más, Aoi?-pregunté lentamente
-S-sí... por favor...
Sonreí.
Cogí de nuevo su miembro entre mis manos y lo introduje lentamente en mi boca, hasta el fondo, y después lo saqué con la misma lentitud, apretando ligeramente con los labios, lamiéndolo. Quería torturarlo, hacerle gritar y suplicar que fuese más rápido, y por la cara de placer que estaba poniendo Aoi en esos momentos, creo que no tendré que esperar mucho. Repetí los mismos movimientos un poco más, muy lentos, hasta que Aoi gimió y me miró.
-¡Oh, dios, Uruha! ¡Necesito más! ¡Por favor!
-Como tú quieras...
Aumenté el ritmo un poco, pero solo un poco, siendo aún lento; quería que me suplicase más...
-Por favor, Uruha... ahh... deja de torturarme... más rápido... por favor...
-¿Qué quieres que haga más rápido?-dije
-¡Masturbarme, joder!-exclamó con las mejillas sonrojadas
-Eso está mejor-dije, y aumenté la velocidad de mis movimientos
No se cuantas veces me había imaginado con Aoi en una situación parecida, demasiadas, creo. Él siempre me hace sentir que no puedo vivir sin tenerle, sin amarle, pero claro, él no sabe nada, porque no se siquiera si le gustan los hombres... Demos las gracias al alcohol por la ocasión de estar con él. Seguí masturbándole con rapidez, introduciendo su miembro en mi boca y succionando durante un rato, hasta que Aoi, con un fuerte gemido, se vino en mi boca.
-Humm... sabes muy bien, Aoi... Tenía ganas de probarte...-dije mientras me relamía los labios
-Ahh... Uruha... yo...-comenzó a decir, jadeando
-¿Qué pasa?
-Quiero que...-se acomodó mejor en el sofá y abrió sus piernas-Quiero que lo hagas ya...
-¿Qué es lo que quieres que haga?-dije sensualmente, bajándome poco a poco los pantalones-. Pídemelo bien, Aoi...
-Yo... oh, Uruha, yo... Joder... fóllame... Fóllame ya... Por favor...-dijo más sonrojado que antes
-Claro que sí, Aoi...-dije mientras terminaba de despojarme de mis pantalones y mi ropa interior.
Abrí sus piernas y me situé entre ellas; le miré. Aoi tenía algunos mechones de pelo pegados a su rostro, las mejillas rojas y su cuerpo lleno de sudor, era una visión muy hermosa... Llevé dos de mis dedos hacia su boca, los lubricó e introduje uno en su entrada. Al principio gritó, pero al poco comenzó a acostumbrarse. Introduje un segundo dedo, y después un tercero con el objetivo de dilatar su entrada lo máximo posible para que no le doliese. Cuando ya estuve seguro de que estaba preparado, coloqué la punta de mi miembro contra su entrada y le cogí por la cadera.
-¿Preparado?
Observé a Aoi de nuevo. Apartó unos mechones de pelo mojado del rostro y me miró a los ojos.
-Sí, estoy preparado.
Eché mi cadera hacia adelante y le penetré de una sola vez, provocando que Aoi emitiese un grito de dolor, cerrase los ojos con fuerza y curvase su espalda. Me quedé quieto dentro de él esperando a que se acostumbrase.
-Oh, dios, Uruha... Qué grande la tienes... Ahh... ¿A qué esperas para moverte?
-Ya voy, mi impaciente guitarrista...
Volví a echar la cadera hacia atrás y volví a enterrarme dentro de él, llegando hasta lo más profundo, provocando que Aoi gimiese y arquease un poco más la espalda. Seguí moviéndome dentro de él con un ritmo constante, rápido y fuerte, provocando que Aoi gimiese lujuriosamente y que se mordiese el labio inferior. Traté de aumentar un poco más la velocidad, y de pronto, Aoi se incorporó y se abrazó a mí, apoyó la cabeza en mi hombro y gimió en mi oído, excitándome más de lo que ya estaba. Aproveché para mover la cabeza y alcanzar sus labios, besándole con pasión, siendo correspondido por él con la misma intensidad, con nuestras lenguas jugando a entrelazarse, luchando por el poderío.
Nos separamos cuando notamos que nos faltaba el aire.
-Uruha... ahh... creo que... no voy a... ahh... poder aguantar... más.... ¡ahh!
-Yo tampoco... ahh... Aoi... yo... ahh... tampoco...
Aumenté todo lo que pude el ritmo de las embestidas, llegando a enterrarme en lo más profundo de su cuerpo, haciéndolo prácticamente insostenible, provocando que nuestros gemidos se alzasen y se uniesen en uno solo, hasta que ambos terminamos a la vez, Aoi entre nuestros cuerpos y yo dentro de él, dando un fuerte gemido.
Aoi se dejó caer hacia atrás y yo salí de su cuerpo. Le observé: su cuerpo estaba cubierto de sudor, sus cabellos mojados... Cogí una manta y se la eché por encima, recogí mi ropa y fui a darme a una ducha.
Mañana será un día complicado...

~Punto de vista de Aoi~

Nada más despertar, sin ni siquiera abrir los ojos, supe que no estaba en mi casa. Y no sólo por el hecho de estar echado en un sofá, sino por el olor del sitio.
Olía a Uruha.
Abrí lentamente los ojos y, efectivamente, estaba tumbado en un sofá, tapado con una manta. Desnudo. Miré a mi alrededor y vi que mi ropa estaba en un sillón. Me levanté, me vestí, y fui a buscar a Uruha, que por el ruido, estaba en la cocina. Según entré, le vi cocinando, preparando el desayuno.
-Buenos días, Uruha...
-Buenos días, Aoi ^^ ¿Qué tal dormiste?
-Bueno, bastante bien...-le miré-Por cierto, Uruha...
-Dime-dijo, dándose la vuelta y mirándome a los ojos
-¿Por qué estaba durmiendo desnudo en tu sofá?
Pareció dudar. Se acercó a mí y me miró con intensidad a los ojos.
-Bueno, pues anoche, tú y yo... en el bar... bueno, estuvimos bebiendo juntos y...
-Y te pedí que me llevases a tu casa, lo sé-le dije
-Espera, lo... ¿lo recuerdas?
Miré a Uruha divertido, realmente me encantaba dejarle así, sorprendido.
-Claro que lo recuerdo todo, Uruha. Casi no bebí anoche, todo lo que dije, todo lo que hice, fue por voluntad propia.
-Yo... yo creía que...
-¿Que estaba borracho? Pues no, no lo estaba... Todo lo de anoche lo usé como excusa para estar contigo, porque bueno... realmente hacía muchísimo tiempo que quería besarte, abrazarte, dejar que me tomases... porque Uruha...-me acerqué a él
-¿Sí?
-Te amo-dije, y posé mis labios sobre los suyos
Al principio noté que Uruha se sorprendía por lo que yo había hecho, pero me dio igual, yo seguí adelante, acariciando sus labios con los míos, dándole a entender que lo que había dicho antes era totalmente cierto.
-Aoi, yo también te amo-susurró Uruha sobre mis labios en un momento que se separó, y volvió a besarme, con pasión, haciéndome entreabrir mis labios, adentrando su lengua en mi boca, jugueteando con la mía. Nos separamos cuando notamos que nos faltaba el aire.
-Uruha, esta vez no me lo hagas en el sofá... Vamos a tu habitación, ¿vale?
-Está bien...
Me dejé guiar por Uruha hasta su habitación, que estaba casi a oscuras. De camino, fui desabrochando su camisa y acariciando su pecho, mientras que él se dedicaba a besar mi cuello y jugar con su lengua en las zonas más sensibles. Una vez llegamos a la habitación y Uruha cerró la puerta tras de sí, me quité la camisa, la dejé a un lado, le quité a Uruha la suya y dejé que me tumbase en su cama. Cada caricia de Uruha me excitaba cada vez más y más, haciéndome estremecer, haciéndome querer más. Sentí cómo me desabrochaba el pantalón y me lo quitaba, cómo se dedicaba a jugar con mis pezones. Rápidamente, desabroché su pantalón y llevé mi mano hasta su miembro, acariciándolo por encima de su ropa interior, haciéndole gemir. Ayer por la noche fue él quien me tocó así, y no pude darle nada a cambio... Esta vez me toca a mí. Bajé ligeramente sus bóxers y tomé su miembro entre las manos, acariciándolo con suavidad, provocando que Uruha gimiese. Aumenté el ritmo un poco más, pero de pronto, Uruha se levantó, me quitó la ropa interior, se quitó toda la ropa que le quedaba y se tumbó sobre mí.
-Lo siento, pero no vas a ser tu solo quien haga esto...-dijo
Entonces, tomó mi miembro entre sus manos y lo introdujo en su boca, haciéndome gemir con fuerza, y justo en ese momento me di cuenta de que yo también podía hacer lo mismo que Uruha, así que le imité. Estuvimos un rato así, dándonos placer mutuamente, hasta que ambos terminamos en la boca del otro.
-No lo haces mal, Aoi-me dijo sonriendo-, pero ahora llega mi turno...
Vi cómo Uruha se situaba entre mis piernas y me miraba sensualmente. Lubricó dos de sus dedos y los llevó a mi entrada. Introdujo el primero, lo que me hizo gritar de dolor, y comenzó a moverlo dentro de mí para dilatar mi entrada. Al poco introdujo un segundo dedo, y después un tercero, dilatando mi entrada. Ya no me dolía tanto, lo que ahora sentía era una mezcla maravillosa de dolor y placer. El dulce y doloroso placer que desde hacia tiempo quería sentir con Uruha.
Al poco, Uruha retiró los dedos de mi entrada y colocó la punta de su miembro contra ésta, haciendo una ligera presión.
-Hazlo ya, Uruha... por favor...
-Está bien...
Uruha tomó mis caderas con firmeza y echó su cadera hacia delante, penetrándome de una sola embestida, lentamente, dándome tiempo a asimilarlo. Gemí con fuerza al sentir la longitud de Uruha dentro de mí, tan profundo...
Al poco comenzó a moverse, con un ritmo lento, suave, perfecto, transmitiéndome una dulzura inimaginable. Lo amo tanto... Cada embestida que me daba era tan profunda, llegaba hasta lo más profundo de mi cuerpo, haciéndome sentir cosas que en la vida había sentido. Cada caricia de sus manos sobre mi cuerpo me hacía vibrar, cada beso que depositaba en mi piel me hacía suspirar...
-Nnn... Ahh... Uru...ha... yo...-comencé a decir
-¿Sí? ahh...
-Uruha... nnhh... te... te amo... ahhh...
-Yo... ahh... también... Aoi... ahh... desde... siempre...
Uruha aumentó el ritmo, las estocadas se volvieron algo más rudas, algo más profundas, si eso aún era posible. Le eché los brazos al cuello y me apegué a él todo lo que pude, moviéndome a la vez que él, haciendo cada movimiento más placentero aún, hasta que noté ese cosquilleo por mi espalda, que indicaba que ya no iba a poder aguantar más.
Después de unas estocadas más, Uruha y yo terminamos a la vez, él dentro de mí y yo entre nuestros cuerpos. Uruha salió de mi cuerpo y tapó nuestros cuerpos con una sábana. Me abracé a él.
-Y pensar que todo esto empezó con una copa...-le dije
-¿Con una copa?
-Sí, jeje. Fue hace tiempo, la primera vez que salimos juntos a tomar algo. No recuerdo muy bien qué fue lo que me diste a probar, sólo se que era una bebida muy fuerte, y a mi me dejó medio borracho xD a ti del todo... y justo en ese momento me besaste-le miré-. Dios, aquel beso que me diste... nunca podré olvidarlo...
-Pues no lo olvides... ah, y que conste, yo no estaba borracho xD me lo hacía.
-O.O ¿Te lo hacías?-eso no me lo esperaba
-Es que llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo...
Sonreí. Me incorporé y me situé encima de él. Le miré a los ojos.
-Pues vuélvelo a hacer, Uruha... todas las veces que quieras-dije, acercando mis labios a los suyos
-Será un placer. Aoi... Te amo-dijo, uniendo sus labios con los míos en un beso que jamás olvidaré.


Fin

A Song For You

~A Song For You~

Cogió un bolígrafo del estuche, no le importó cuál. Simplemente comenzó a escribir, liberando sus pensamientos, sus sentimientos, sus recuerdos...

“Siempre hice lo mismo, una y otra vez.
Siempre te hice sentir triste.
Estoy seguro que incluso te herí”


Recordaba con claridad las palabras hirientes y los gestos de aquél día. Sabía perfectamente que le había hecho daño. Mucho daño.

“Sigo sin poder moverme.
¿Por qué es tan doloroso tocarte?
Seguramente es porque estaba asustado
De poder volver a hacer lo mismo otra vez, y perderte.”


Tenía miedo, tenía mucho miedo de volver a hacerle daño, alejarle de su lado y perderle. Para él, era muy importante tenerle a su lado, él era su guía, su razón para seguir adelante.

“Acercándome a ti
Traté de borrar aquel día que no puedo olvidar.
No preguntaste nada, sólo sostuviste mi mano.”


Al volver a casa le había encontrado en el salón, con un vaso en la mano.
-Reita...-susurró su nombre con suavidad, acercándose a él lentamente
Reita se dio la vuelta y le miró a los ojos. Extendió el brazo y tomó su mano con delicadeza.

“Incluso si mañana tus sentimientos están lejos
Seguiré amándote sin duda
Incluso si mañana no puedes verme
Seguiré amándote sin duda
Caminaré junto, el futuro no prometido
Continúa caminando junto, hacia el futuro en que tú estás”


Se sentó a su lado. Reita dejó el vaso sobre la mesa, y después le rodeó con los brazos, con ternura.
-Reita...
-¿Sí?
-Yo... lo siento... de verdad...
-Lo sé...

“Te amo tanto
Incluso me hace olvidar los tiempos difíciles”


Las palabras fluían sin parar, parecía que su mano se movía sola por el papel. Recuerdos y sentimientos quedaban atrapados en aquellas palabras escritas con suavidad, mezcladas en alguna ocasión con las lágrimas que corrían por sus mejillas al recordar ese día.

“Mi corazón te llama
Cada vez que cuento las noches que no puedo verte.”


Le echaba de menos.
Cada vez que él se iba, cada noche que no estaba a su lado, sentía que una parte de él ya no estaba.
No podía vivir sin él, y lo sabía.

“La soledad crece con cada malentendido”

Al escribir esa frase comprendió lo abrumadoras que eran sus palabras. Cada disputa, cada malentendido, provocaba que se alejasen entre sí y que la soledad creciese.

“Por favor, no llores solo
Vamos a creer en nosotros mismos
No importa cuan lejos estemos.”


Sintió caer una lágrima en su mejilla. Al levantar la vista vio lágrimas en sus ojos. Alzó una mano y se las secó con suavidad.
-No llores, por favor... o por lo menos no llores solo...-dijo, notando cómo las lágrimas comenzaban a fluir, rodando por sus mejillas
-Ya no lloro solo-dijo Reita, abrazándole con fuerza-, ya no.

“Quiero seguir sonriendo como hasta ahora
Sin lastimarte
No quiero volver a tener ese sentimiento
Que desaparece con el paso del tiempo”


Al poco se separó de Reita con suavidad y le miró a los ojos.
-Reita, no quiero que vuelva a pasar, no quiero volver a hacerte daño... no quiero volver a sentir que todo va mal entre nosotros. Quiero seguir sonriendo contigo sin dañarte. Yo-
No pudo continuar hablando...

“Incluso si mañana tus sentimientos están lejos
Seguiré amándote sin duda
Incluso si mañana no puedes verme
Seguiré amándote sin duda”


... porque los labios de Reita sellaron los suyos con el más tierno de los besos.

“Por favor, sólo mírame a mí
Por favor, no sueltes mi mano”


Se separaron al notar que les faltaba el aire. Reita le rodeó con los brazos y enterró el rostro en su pelo.
-Por favor, no me dejes...-le dijo a Reita-Por favor, quédate conmigo...
-¿Pero cómo voy a dejarte, si no puedo vivir sin ti? ¿Cómo voy a dejarte, si eres lo único importante en mi vida- contando también al grupo?
-...
-...
-Reita...
-¿Sí?
-Te amo...
-Yo también a ti...

“Caminaré hacia el futuro no prometido
Caminaremos juntos hacia el futuro en que tú estás...”


Justo en el momento en que terminó de escribir la última frase, escuchó la puerta principal cerrarse.
Por fin había vuelto.
-¿Ruki?-le escuchó llamarle con suavidad
-Estoy aquí, en el estudio-dijo en voz alta, girando la silla para encararla a la puerta
Al poco entró Reita, se acercó a Ruki y depositó un tierno beso sobre sus labios. Después, al separarse, enfocó su vista en el cuaderno en el que hasta hacía un momento Ruki había estado escribiendo.
-¿Qué escribías?
-Ah, es la letra de la nueva canción...
-¿Puedo?-dijo Reita, señalando el cuaderno
-Claro.
Ruki se levantó de la silla para permitir a Reita sentarse y leer la letra de la canción. Reita, después de sentarse, sentó a Ruki sobre sus piernas, cogió el cuaderno y comenzó a leer. Al terminar, dejó el cuaderno sobre la mesa y se dedicó a jugar con uno de los mechones rubios del vocal.
-¿Qué te parece?
-...
-¿Reita?
-¿Ah? ¿Qué?
-Decía que si te gustaba...
-Ah, eso... Es realmente preciosa ^^
-¿De verdad lo crees?
-Claro que sí ^^ ¿Cómo se llama la canción?
Ruki meditó la respuesta durante un rato mientras Reita seguía jugando con su pelo.
-Humm... por micho que pienso no se me ocurre nada... No hay nada que encaje con la historia de la canción.
-Nuestra historia, ¿cierto?
-Sí...
Reita dejó de jugar con el pelo de Ruki, acarició su mejilla con suavidad y acercó su rostro al de él.
-¿Qué te parece si “viajamos” al pasado, a ver si encontramos algo?
-Pues no estaría mal, pero aún no hay máquinas del tiem-comenzó Ruki, pero fui interrumpido por los labios de Reita sobre los suyos.
Los labios de Reita se movían insistentemente contra los de Ruki, el cuál se había sorprendido por lo que había hecho su bajista. Separó los labios levemente y Reita introdujo la lengua en su boca, recorriendo su cavidad en su totalidad a la vez que deslizaba la mano hasta la entrepierna del más bajo, acariciando su miembro por encima de la ropa, provocando que Ruki gimiera dentro del beso.
Ruki rompió el beso y se quitó de encima de Reita, el cuál se levantó y se acercó a Ruki. Quitó las cosas de encima del escritorio con el brazo y sentó a Ruki en el mismo, a la vez que éste bajaba el cierre del chaleco negro de Reita.
-Ya veo a qué te referías con lo de viajar... ahh... al pasado-dijo Ruki mientras sentía cómo Reita repasaba su cuello con los labios
-pues aún no lo has visto todo...
Dicho esto, sus labios volvieron a apoderarse de los del vocal y comenzó a deslizar las manos por su pecho. Se separó un instante de él para quitarle la camiseta y arrojarla a un lado, seguida de su chaleco. Volvió a besarle mientras llevaba las manos al cierre del pantalón de Ruki, el cuál siguió el mismo camino que la camiseta y del chaleco. Reita se agachó y bajó la ropa interior de Ruki, dejando a la vista su virilidad, ya erecta.
-Vaya, Ruki... si aún no te he hecho nada...
-Ya haces mucho con tu presencia, así que no puedes decir que no me has hecho nada-dijo Ruki con una mirada traviesa
En respuesta a esa última frase, Reita tomó el miembro de Ruki entre sus manos y comenzó a masturbarlo con rapidez, introduciéndolo también en su boca. Ruki arqueó su espalda, intentando sentirlo más aún, gimiendo cada vez más alto, anunciando su orgasmo. Se vino al poco tiempo.
Acto seguido, Reita levantó a Ruki del escritorio y le apoyó contra la pared más cercana. Después comenzó a recorrer su cuello con los labios, jugando en las zonas más sensibles.
-Reita... ahh... no es justo... que yo sea el único... que esté desnudo del todo, ¿no crees? Ahh...
-Humm... en eso tienes razón-dijo Reita mientras se quitaba el resto de la ropa
Llevó dos de sus dedos a la boca de Ruki, el cuál los lubricó con rapidez, y después los llevó a su entrada. Ruki gimió y cerró las manos en el aire al sentir los dedos de Reita invadir su entrada y movió sus caderas hacia abajo para sentirlo más aún.
-Tranquilo, Ruki... ahora viene lo mejor...
Reita colocó una de las piernas de Ruki en su cintura y colocó su miembro contra su entrada, penetrándole con una sola embestida. Ruki abrió mucho los ojos y miró a Reita con intensidad, el cuál sonrió y le besó con pasión a la vez que colocaba la otra pierna de Ruki en su cintura.
-¿Estás cómodo así?
-Sí... pero empieza a moverte, por favor...
-Como tú digas, amor...
Reita comenzó a moverse en el interior de Ruki con suavidad a la vez que deslizaba los labios por su cuello, mordiendo y succionando la piel en las zonas más sensibles mientras que el otro gemía con fuerza, gritaba y mordía su labio inferior de tanto placer.
-M-más... ahh... rápido, por... favor... ahh-gimió Ruki
Reita aumentó el ritmo y besó a Ruki con furia, acallando por un momento los fuertes gemidos de su pareja.
-Ruki, ¿te he dicho... ahh... alguna vez... lo que adoro... ahh... tus gemidos?
-La verdad... es que no... ahh...
-¿Gemirás... ahh... para mí, Ruki?
-Claro... ahh... que sí, amor... ahh...
Ruki comenzó a gemir aún más, gimiendo también el nombre de Reita, complaciendo así su petición. Se abrazó a Reita con fuerza, gimiendo así en su oído, mientras que éste se movía dentro de él. Reita se excitaba cada vez más con los gemidos de Ruki, los cuáles provocaron que aumentase el ritmo más aún, haciéndolo casi insostenible.
-Reita... ¡ahh! No creo... ahh... que tarde... ahh... mucho... en venirme... ¡ahh!
-Yo... ahh... tampoco creo... que tarde... ¡ahh!
Al poco, Ruki sintió a Reita venirse dentro de él y, con un fuerte gemido, se vino entre ambos. Reita salió de su cuerpo y mantuvo a Ruki cogido.
-¿Crees que podrás caminar?-preguntó Reita
-Pues la verdad, no lo sé xD
-Bueno, qué más da...

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-¿Está bien el agua?-preguntó Reita
-Mmm... sí...
Ruki se acurrucó en el pecho de Reita mientras éste se dedicaba a mojar su pelo con agua caliente y colocaba un brazo alrededor de su cintura. Ruki entrelazó su mano con la mano libre de Reita, apoyó la cabeza en su pecho y cerró los ojos.
-Ruki...
-¿Si?
-¿Aún no se te ha ocurrido un título para la canción?
-Qué va...
-... Creo que... humm... No sé...
-¿Eh? ¿Se te ocurrió algo?
-Puede ser.
Ruki miró a Reita y vio que éste estaba sonriéndole tiernamente. Le devolvió la sonrisa.
-Ruki, ¿te acuerdas de cuando nos conocimos?
-Claro que sí ^^ Fue en ese bar que hay cerca de la casa de Uruha...
-Cómo no xD
-Ya xDD... ¿Y a qué viene esa pregunta?
-Hum... Recuerdo que aquél día...

// FLASHBACK // [Hace unos años...]

“...Uruha me invitó a tomar algo en ese bar que hay cerca de su casa.”

-Humm... hay buen ambiente hoy...-dijo Uruha
-Sí, está bien ^^-miré alrededor- Hey, Shima, fíjate...
-¿Eh? ¿En qué? (O en quién, vamos)
-¿Ese chico de ahí no es el batería del grupo que vimos tocar antes de ayer?-dije, señalando con la cabeza a un chico de pelo negro y mechas rojas que estaba tomando algo en la barra
-Anda, es verdad...
-Cuando le escuché hablar pensé: “tiene una voz bonita, puede que cante bien”... ¿Tú que dices, Shima?
-Sí, puede ser...
Estuve mirando para él un buen rato y, al final, me lancé.
-Voy a proponérselo.
-¿Eh? ¿Qué?-soltó Uruha, alarmado
-Bueno, Shima, no sé si te habrás dado cuenta, pero para formar un grupo, necesitamos vocalista, y yo no pienso cantar-arqueé una ceja-, y qué quieres que te diga, pero no es que tú cantes como los ángeles precisamente ¬¬ (n/a: véase “linda linda” y “Wakaremichi Uruha on vocal” xD)
-Lo sé, lo sé -.-“ Está bien, díselo
Sonreí. Cogí mi copa y me acerqué al chico. Me senté a su lado, dejé mi copa y me fijé en algo: estaba bebiendo lo mismo que yo. Menuda coincidencia, ¿eh? xD
-Hola-le dije-. Tú eres el batería del grupo que tocó aquí antes de ayer, ¿no?
-Humm... sí... Soy Takanori Matsumoto-dijo, tendiéndome la mano y sonriendo.
-Akira Suzuki-dije, aceptando su mano-. Verás, el otro día, cuando te escuché hablar, pensé que podrías ser un buen vocalista, así que vengo a proponerte algo.
-Dime, te escucho.
-Mi amigo-señalé a Uruha-y yo queremos formar un grupo de música. Él toca la guitarra, y yo el bajo, y me gustaría que vinieses a hacer una prueba de voz para ser el vocalista... ¿Qué dices?
Takanori se quedó mirando a su copa, pensativo. Ahora que me fijo bien, tiene un rostro bonito y unos preciosos ojos oscuros... Al fin, levantó la vista de su copa y miró directamente a mis ojos.
-La verdad es que me gustaría mucho ser vocalista, así que vale, acepto ^^-dijo con una amplia sonrisa
-¡Bien! ^w^ Deja que te invite a una copa para celebrarlo, ¿vale? ^^

// FLASHBACK // Fin

-Y ahora un par de preguntas, Ruki: ¿Recuerdas que estábamos bebiendo lo mismo?
-Sí...
-¿Y recuerdas lo que estábamos bebiendo?
-... Pues... si mi memoria no me falla... era licor de grosella negra... Humm... ¿Y a qué viene eso?
-Bueno, desde mi punto de vista, nuestra historia juntos empezó ahí-explicó Reita-, y que yo recuerde, licor de grosella negra, en francés, se dice Cassis, y creo que ése es un buen nombre...
-... ¿Sabes qué, Reita?
-Dime.
-Me gusta ^^
-¿De verdad?
-Claro que sí ^^ Cassis suena muy bien, muy... romántico (aunque el significado no lo sea xD). Pero como tú dijiste, es el principio de nuestra historia, por eso me gusta.
-Me alegro de que te guste, de verdad.
-Jeje ^^

Unos días después...

Ruki abrió los ojos; acababa de despertar. Al girarse a su izquierda, se dio cuenta de que Reita ya no estaba. ¿Cuándo se habría levantado? No se había dado cuenta... Se incorporó en la cama, se estiró y miró al reloj de su mesilla de noche: las diez y media. ¿Por qué Reita no le había despertado? En fin...
Se levantó y fue a la cocina a desayunar. Al ir a la nevera, vio una nota dirigida a él.

“Buenos días, mi pequeño tragón ^^ Espero que hayas dormido bien...
Llamó Kai. Me dijo que fuera al estudio, y que no hacía falta que fueras (por eso no te llamé). Creo que ya sé para qué quiere que vaya... No tardaré mucho en volver, ¿vale?
Un beso
Reita”


-Me... ¡me ha llamado “pequeño tragón” ¡¿Y lo que come él qué?!! ù.u En fin... ¡A desayunar! ^o^

“Adoro la sensación de estar enamorado”

Justo cuando Ruki se estaba preparando el desayuno, Reita entró por la puerta principal, escuchó a Ruki en la cocina; fue hacia allí.
-Buenos días, Ruki ^^
-Buenos días, amor ^^

“Los momentos que paso a solas con él son los mejores del día”

-¿Te apetece comer algo, Reita?
-Bueno, vale, pero deja que haga yo lo tuyo.
-Humm... Yo hago lo tuyo y tú lo mío, ¿vale?
-Vale ^u^

“Adoro cocinar para él y que él intente cocinar para mí...”

Se sentaron a comer.
-Hey, Reita, esto está muy rico ^^
-Jeje, gracias ^^ Aprendo rápido.
-Lo sé ^^

“También me gusta compartir mis pensamientos con él, y que él los comparta conmigo...
Aunque claro, también hay alguna pelea...”


-¿Para qué te llamó Kai?-preguntó Ruki
-Ah, eso...
Reita bajó la cremallera de su cazadora y sacó un cd de uno de los bolsillos interiores. Se lo pasó a Ruki.
-En ese cd está grabada toda la parte instrumental de Cassis, incluida tu semiacústica. Kai me pidió que te lo trajese para que lo escuchases y mirases si hacía falta retocar algo para grabar después la parte vocal.
-Ah, vale...-Ruki se levantó y cogió el cd. Miró a Reita- Ven conmigo.
Fueron al salón. Ruki puso el cd en la cadena de música.

“Todas estas pequeñas cosas son las que forman nuestra historia, una historia que empezó hace bastante tiempo y que adoro, y es tan importante para mí que la plasmaré en una canción.”

-Reita...-Ruki sonrió con ternura-Quiero que seas el primero en escuchar Cassis al completo, porque esta canción la escribí para ti, porque cuenta nuestra historia.
-Ruki... gracias...
Ruki sonrió. Le dio al play.
-Espero que te guste...
Y Cassis comenzó a sonar. Al principio, sólo se escuchaba la acústica de Aoi, y después las eléctricas, el bajo y la batería acompañados de un piano. Al acabar ese cacho, comenzó a cantar.

“[aa] Zutto kurikaeshite ta zutto kanashi masete bakari datta
[aa] Kitto anata sae mo kizutsukete boku wa ugokenu mama
[aa] Anata ni fureru koto ga naze konnani kurushii nodesu ka?
Kitto onaji koto wo kurikaeshi anata wo ushinatte shimau no ga kowakatta kara

Yorisou koto de nuguou toshite wasure kirenakatta hi wo
Anata wa nanimo kikazuni ko no teo wo nigitte kureta ne

Ashita anata no kimochi ga hanarete mo
Kitto kawarazu aishiteiru
Ashita anata ni boku ga mienakute mo
Kitto kawarazu aishiteiru
I will walk together, the future not promised
It keeps walking together, to the future in which you are...

Tsurai koto sae wasureru kurai anata wo omotte iru
Auenai yori wo kazoeru tanbini kogareru mune

Kake chigai no sabishi sa tsunou douka hitorikiri de nakanai de
Donnani hanarete itemo shinji aeru futari de iyou

Douka konomama waratte itai anata wo kizutsukesasenai de
Toki ga tatsu tabi usurete itta anna omoi kurikaeshitakunai
Ashita anata no kimochi ga hanarete mo
Kitto kawarazu aishiteiru
Ashita anata no boku ga mienakute mo
Kitto kawarazu aishiteiru

Douka boku dake wo mitsumeteite
Douka kono te ga tokenu you

I will walk together, the future not promised
It keeps walking together, to the future in which you are...”

Al terminar de cantar, Ruki cerró los ojos, pero los volvió a abrir al poco ante lo inesperado del gesto de Reita, que lo abría abrazado de repente.
-Reita...
-Gracias... gracias por todo esto, Ruki, de verdad...-le estrechó entre sus brazos con fuerza-Gracias... Te amo...
-Yo también te amo, Reita... Para siempre.
-Para siempre-concluyó Reita, besando con infinita ternura los labios de Ruki, sellando así su promesa.

“Una canción sobre nosotros...
Una canción para ti.”


Fin

lunes, 10 de septiembre de 2012

End

End

Aún recuerdo la expresión de tu rostro la primera vez que nos vimos. Y recuerdo perfectamente mi reacción a ello. Y las consecuencias.
Pensé que nunca había conocido a alguien como tú, alguien que me sacase de mis casillas nada más verle. Hacías que me pusiera violento, y eso te encantaba. Podía verlo en tu rostro, tus gestos, tu sonrisa. Tu mirada. Y eso me enfadaba más aún.
Aquella vez, nos peleamos, y los destrozos fueron grandes, aunque no tantos comparados con los que llegarían después. Todos los días venías a mí, y todos los días acabábamos peleando. Ya he perdido la cuenta de todas las veces que nos hemos peleado desde la primera. Shinra trató de detenernos al principio, pero pronto se dio cuenta de que era algo imposible. Empezó a apartarse de nosotros cada vez que nos encontrábamos, pero a una distancia prudencial para poder observar. Siempre fue raro ese hombre...
El tiempo pasó, pelea tras pelea. Un año de instituto, otro... Pero aún no lo habíamos terminado cuando me propusiste aquello.
Puedo vislumbrarlo perfectamente en mi cabeza. Tú, acercándote a mí, en la azotea del instituto. La expresión de tu rostro, totalmente distinta a las veces anteriores. Sí, había diversión en él, pero otro sentimiento se sobreponía a los demás. “Vamos, Shizu-chan, divirtámonos” fueron las palabras que salieron de tus labios, curvados en una suave sonrisa.
Hasta que no tuve tus labios pegados a los míos no me di cuenta de a qué te referías.
Esa piel tan suave...
Las peleas que habíamos mantenido tantas veces poco a poco se fueron sustituyendo por encuentros en la azotea del instituto, encuentros que al principio no significaron nada para ninguno de los dos, encuentros llenos de pasión y fuego. Aun así, de cara al público seguíamos siendo los mismos. Tan sólo cambiábamos al cruzar esa puerta.
El tiempo pasó. Terminamos el instituto, y cada uno siguió su camino. Pasaron dos años completos hasta que te volví a ver, de pie en un paso elevado, mirándome fijamente. No recuerdo haber corrido hasta ti, pero en un momento te tenía frente a mi, mi respiración completamente agitada. Las palabras negándose a salir.
“Volvemos a vernos, Shizu-chan.”
Cuánto habías cambiado. No solo tu ropa y tus rasgos, también tu forma de moverte, tu forma de hablar, tu forma de mirarme. Pero no le di importancia, al fin y al cabo yo también había cambiado. Dos años son dos años.
Aquella noche acabamos en un hotel cercano, de nuevo piel contra piel. No recordaba lo mucho que lo echaba de menos.
“Esto no es como antes, ¿verdad, Shizu-chan? Ya no es como hace dos años.”
En ese momento me di cuenta de que era verdad. Aquello ya no era un simple juego, o una forma de diversión. Ya no podíamos hacer lo mismo de antes. Ambos lo sabíamos bien.
Durante un tiempo, a espaldas de los demás, comenzamos a convivir. Al principio fue difícil, al fin y al cabo nos habíamos odiado durante mucho tiempo, quisimos matarnos el uno al otro, y esas cosas no se olvidan, por mucho que estés saliendo con esa persona a la que has odiado durante tanto tiempo.
Aun así, las cosas fueron mejor de lo que pensábamos. Lo único difícil fue que no nos descubriesen. Pero de alguna forma, lo conseguimos.
De todas formas... algunas cosas relacionadas con tu trabajo me hacían dudar a cada momento sobre lo que sentías por mí, si era tan solo una diversión, si en realidad me usabas como un juguete, o de si me querías cerca para acabar conmigo cuando te pareciese. Sabía que durante mucho tiempo me tratabas como un monstruo tratando de ser humano, y no me fiaba de ti.
No estoy seguro de si alguna vez lo hice.
La desconfianza siguió creciendo, pero traté de ocultarla por todos los medios. Aunque creo que lo sabías de sobra. Siempre lo supiste, ¿verdad? Que dudaba de ti.
Pero el tiempo pasó de nuevo, y las cosas siguieron bien.
Un año más tarde, comenzaron las peleas. O más bien dicho, las retomamos. Por un lado quería matarte. Por otro lado temía hacerte daño. Temía que volvieras a odiarme.
Y todo esto se reflejaba cada noche. Las marcas en tu suave piel se volvieron incontables. Tal vez aún ahora tengas alguna.
Pero nunca te quejaste, nunca me dijiste nada. ¿Tal vez no querías perderme? ¿O no querías herirme? ¿O era simplemente por puro masoquismo? Nunca te lo pregunté. Nunca lo sabré, ¿verdad?
Durante un tiempo, las cosas se calmaron. No recuerdo muy bien el porqué, pero volvimos a nuestras vidas cotidianas. Tú con tu trabajo, yo con el mío. Pero ninguno de los dos podía olvidar todo lo sucedido entonces. Evitábamos el tema, y poco a poco comenzamos a distanciarnos.
Cómo me arrepiento de ello, de no haberte retenido durante más tiempo.
Al cabo de un año, volviste a desaparecer. Lo dimos todo por terminado. Ya no había nada entre nosotros, aunque los sentimientos seguían ahí. Aún soy capaz de sentirlos. ¿Eres capaz de ello tú también, Izaya? Es algo que siempre me he preguntado. Actualmente, aún me lo pregunto.
Mientras te miro a los ojos.
Los días pasaron, y no volví a verte. Sentía la soledad más cerca que nunca. Los sentimientos que entonces tenía, parecían haberse extinguido casi del todo. Aún los notaba, pero no con la misma intensidad de antes, como si me quemasen vivo. Lo que sentía por ti era demasiado intenso. Tal vez incluso llegué a perderme de vista a mi mismo a causa de aquella intensidad. Dudo mucho que vuelva a sentir como entonces.
¿O tal vez...?
Me volviste loco, me cambiaste. Me hiciste mostrar lados de mí que no conocía. Y todo eso, con tan solo una frase, con tan solo un gesto, años atrás, en el instituto. Nunca pensé que eso cambiaría mi vida por completo.
Qué equivocado estaba.
Pasó otro año. Ya había perdido la esperanza de que volvieses a mí. Pero una vez más, volví a verte. Justo delante de mí. Mi primer impulso fue correr hacia donde estabas. Mi segundo impulso fue el de querer matarte.
Aquella expresión no era la misma de siempre. Esta vez era completamente diferente. Oscura. Distante. Retorcida.
Me dejaste confuso, pero todo eso despertó de nuevo el odio que tenía guardado en lo más profundo de mi mente. Nada más gritar tu nombre, nada más arrancar la primera señal, tu rostro volvió a mostrar la misma expresión de felicidad que la primera vez. ¿A caso lo echabas de menos? ¿El odio en mi mirada? ¿Mi fuerza? ¿Dejaste pasar todo este tiempo solo para eso?
Más preguntas que quedarán sin respuesta. Hay tantas ya...
Y volvimos a pelear. Una pelea como nunca antes había tenido. Una pelea en la que di todo lo que tenía. Aun así, no fui capaz de acabar contigo.
Acabamos frente a frente, mirándonos a los ojos, la respiración agitada. Heridas por doquier. Pero la sonrisa nunca se borró de tu rostro.
La conversación fue breve, tan solo un par de frases.
“¿Has llegado ya a tu límite, Shizu-chan?”
“No tengo límite. Lo sabes.”
Pero ninguno de los dos se movió. Hasta que diste media vuelta y huiste.
¿Por qué? Respóndeme. Aunque sé que nunca lo harás.
Tu expresión sigue siendo la misma. Aunque ahora te encuentres en una posición delicada, siempre me mirarás de la misma forma. ¿No me responderás ni siquiera ahora, que tengo tu vida en mis manos?
-Nunca lo haré.
Te miro, me das asco. Eres un despojo humano con una sonrisa pintada en el rostro, con la espalda pegada a la pared, delante de mí.
-Oh, vamos, Shizu-chan, ¿de verdad esperas que te responda? ¿Qué más da si lo hago? ¿A caso me dejarás ir si te digo que aún te quiero?
Apreté los dientes y cerré los dedos un poco más en torno a su cuello. Su mirada seguía siendo arrogante, carente de miedo.
-Tan solo quiero saberlo. Tal vez si me respondes te mate más rápido.
No respondió. Ambos permanecimos en silencio un momento más. Mirándonos. Me retaba con la mirada, pero en el fondo parecía saber que no iba a poder hacer nada.
-Dímelo, Izaya.
Pareció dudar. Lo vi. Lo sentí. Y cuando por fin lo escuché, sentí alivio.
-Sí.
Por supuesto, yo sentía lo mismo. Después de tantos años, de tantas peleas, de tantas heridas, seguía queriéndole. Pero sabía que sería totalmente imposible continuar donde lo habíamos dejado.
Parecía que hubiésemos sido creados para luchar eternamente el uno contra el otro. El amor no entraba en los cálculos.
Pero por alguna razón, fui incapaz de seguir adelante. No quise reconocer el por qué de mis actos. No quise pensar en ello. Simplemente me aparté.
-Vete.
Por una vez, me hiciste caso.
Desde ahora en adelante, juro que seguiré odiándote, que seguiré tratando de matarte. Tú harás lo mismo, ¿verdad?.
Al fin y al cabo, esos sentimientos de odio y desprecio no pueden ignorarse, no pueden dejarse de lado.
Por mucho que te quiera, por mucho que desee estar contigo, ambos sabemos que no podemos. No es algo que podamos decidir por nosotros mismos. Es algo que tiene que ocurrir, y sabemos que nunca más pasará. Desearía volver a ese año que compartimos en paz... Tal vez tú desees lo mismo.
¿Pero sabes una cosa? Eres demasiado importante para mí.
Por eso he decidido, Izaya, que este es el fin.

lunes, 30 de julio de 2012

Love and Hate

Love and Hate

Cada vez que te miro siento náuseas. Te odio. No entiendo cómo puedes sonreír de esa forma tan inocente. Como puedes mostrar tanta despreocupación en tus ojos verdes.
No lo entiendo.
Sobre todo después de verte en tu faceta más sádica.
Y pensar que Lovino se sienta a tu lado tan confiado... debería saber cómo eres en realidad. Cómo me gustaría verlo, mirándote asustado, alejándose de ti. El dolor en tu rostro al quedarte solo nuevamente.
Así tal vez podrías volver a mí.
En aquella época ambos nos asemejábamos a monstruos sedientos de sangre, de batallas y de muerte, luchando el uno contra el otro una y otra vez. Ambos buscábamos la caída del otro. Fueron incontables las veces que te tuve prisionero. Y también incontables las veces que tú me tuviste a mi.
Cómo adoraba tenerte a mis pies, encadenado, sangrando, con furia en los ojos. Tenías una expresión tan adorable que me habría gustado retratarte así desde todos los ángulos posibles. Mi preciado botín de guerra. Un botín de guerra con un hermoso rostro, una piel cobriza y con más furia que el mar en un día de tormenta.
Pero nunca conseguí que derramaras ni una sola lágrima.
Te encadené. Te golpeé. Te corté. Usé un látigo sobre tu espalda. Te humillé de cualquier forma posible. Te violé. Estuviste a punto de desangrarte. Pero no derramaste ni tan siquiera una lágrima.
Con todas las que yo he derramado a causa de ti...
Cada vez que me golpeabas con toda esa fuerza. Cada vez que me humillabas y te reías de mí. Cada vez que me tomabas a la fuerza.
Cada vez que te alejabas de mí.
Era insoportable. Y lo sigue siendo.
Muchas veces desearía volver a lo de antes, a todas esas batallas, tan solo por tener una excusa para estar a tu lado, aunque fuese como un prisionero. O para tenerte como prisionero yo a ti. No sabes cómo lo anhelo, cómo echo de menos deslizar mis manos por tu cuerpo, mis labios por tu cuello, enterrarme dentro de ti.
O todo lo contrario.
Echo de menos ese ardor, esas palabras que me decías. Incluso los golpes. Cualquier cosa con tal de sentirte.
Y las batallas... Ah, era tan condenadamente emocionante luchar contra ti. Toda la pasión que ponías en cada lucha, la fuerza utilizada en cada uno de tus golpes, las palabras llenas de odio, las miradas colmadas de furia, todo era increíblemente maravilloso, un verdadero espectáculo. Sobre todo cada vez que mi espada conseguía arañarte. Estábamos siempre tan enfrascados luchando que, a pesar de estar cubiertos de heridas, no podíamos parar.
Era una droga.
Aunque si hay una cosa que supera a todas esas batallas, era cuando conseguía atraparte. Era entonces cuando empezaba la diversión de verdad. El momento en el que comprobaba hasta dónde podía llegar esa maldita resistencia tuya.
Recuerdo la primera vez que te tuve solo para mí. No dejabas de insultarme, de intentar morderme, de escupirme, de resistirte. Cómo disfruté de aquellas caricias robadas, de los besos tomados sin permiso a pesar de la sangre resultado de tus mordiscos. Nunca había disfrutado tanto tomando a alguien como aquella vez. Trataste de resistirte con todas tus fuerzas, por supuesto, pero yo pude más. En aquel momento era superior a ti, y no solo porque tú estuvieras encadenado. Me sentía superior simplemente por gozar del privilegio de tenerte completamente a mi disposición, tanto física como emocionalmente.
Te aferraste como pudiste a la cadena de los grilletes que mantenían tus manos apresadas, y tratabas, aunque en vano, de contener la voz. Los gritos. Y aunque siempre lo negarás, algún que otro gemido. Y tu mirada... para mí era una maravilla, ver tu rostro, tu mirada llena de dolor, furia y odio, reflejados en el espejo que había colocado justo delante de nosotros. No quería perderme detalle alguno, y esa era la mejor forma para conseguirlo.
El sudor perlando tu piel. La sangre corriendo por tus brazos. Por tus piernas. Las heridas de tu espalda. La calidez de tu interior. La intensidad de tus gritos. Todo eso ha quedado grabado en mi mente de tal forma que, pasen los años que pasen, no podré olvidarlo nunca.
Me revuelvo en la silla, incómodo. ¿Por qué ahora, después de todos estos años, me diriges la mirada? Hacía mucho tiempo, tal vez demasiado, desde la última vez que me miraste a los ojos. ¿Serás capaz de ver lo que siento reflejado en mi mirada? Por un lado, me gustaría que lo vieras, me gustaría que te dieses cuenta de todo lo que siento.
Por otro lado, tengo miedo.
Miedo de que me destroces de nuevo con esa maldita compasión tuya.
La última vez que me tuviste fue diferente a todas las demás. Dejaste de lado los golpes, sustituyéndolos por caricias. Dejaste atrás los mordiscos, sustituyéndolos por dulces besos. Por una vez, no usaste los grilletes. Tampoco hacían falta.
Fue entonces cuando pensé que tal vez todas las veces anteriores te habías dejado capturar por mí a propósito, que en realidad lo que querías no era luchar contra mí con una espada o una alabarda, sino que preferías otro tipo de lucha. La que llevan a cabo las manos buscando robar caricias del cuerpo del otro, los labios queriendo beber de los del contrario, tus ojos verdes queriendo clavarse fijamente en los míos. Tu cuerpo, queriendo amoldarse al mío.
¿Pero eras tú el que se dejaba capturar? ¿O tal vez era yo el que se dejaba? No sabría decirlo. Aunque puedo decir que lo único que anhelaba entonces no eran las monedas de oro, ni las joyas, ni tener más territorio bajo mi bandera. Lo único que quería era la seda de tu piel, las esmeraldas de tus ojos, la miel de tus labios, las finas hebras de tu cabello, tu calidez, tu cuerpo entero solo para mí.
Y pensar que cualquier otro podría tenerte para si me hacía estremecer.
En ese momento, el último de todos, yo te deseaba a ti. Tú me deseabas a mí. Ninguno de los dos opuso resistencia alguna. Dejé que me quitaras cada prenda poco a poco, dejando al descubierto mi piel, haciendo yo lo mismo con cada centímetro de la tuya, acariciándola, sintiéndola como suave terciopelo. El camarote de tu barco era amplio, y lo habías llenado de espejos para la ocasión. A cada lugar al que mirase podía vernos reflejados, abrazados, en el suelo. Me mordiste en el cuello; yo mordí tus labios. Deslicé las manos por tu espalda; tú por mi cadera. Me besaste; te correspondí. Y entonces, te sentí penetrarme. Habían sido tantas las veces que lo habías hecho a la fuerza que esta vez ningún grito escapó por mi garganta. Tan solo gemidos y jadeos que dejé escapar en tus oídos. Me aferré a ti, moviéndome al mismo ritmo al que te movías tú, haciendo que así llegases cada vez más al fondo. Quería sentirte aún más. Quería volverme loco con el contacto de tu piel con la mía. No podía parar de decir tu nombre entre gemidos, y el escuchar mi nombre en tu voz me hizo sentir completo.
Cuando terminó todo, apoyaste tu cabeza en mi pecho, y yo te rodeé con mis brazos. No quería que te separaras de mí, pero lo hiciste. Y mi corazón se llenó de dolor y desesperanza. Al fin y al cabo, estábamos en medio de una guerra en la que tú eras mi enemigo y yo el tuyo.
Ésta sería la última vez que podríamos volver a estar así.
Han pasado siglos desde aquello. Ya no luchamos el uno contra el otro. Ya no somos enemigos. Pero no puedo tenerte a mi lado. Yo tengo a Alfred; tú tienes a Lovino. Pero aun así, no dejo de sentirme culpable por iniciar esa maldita guerra. Y no puedo dejar de culparte por no venir a mí una vez que ésta terminó.
Por eso te odio.
Por fin Alfred ha terminado de hablar. La reunión se ha dado por finalizada. Me acerco a ti rápidamente. Es ahora o nunca.
-Antonio, ¿puedo hablar un momento contigo?
Me miras, extrañado. Sé que no es normal en mí dirigirte la palabra de esta forma.
-Por supuesto... Lovi, ¿puedes esperarme, por favor?
-Esto... Antonio, ¿te importa que sea en mi casa? Es mucho de lo que tengo que hablarte, y aquí no podemos hablar con tranquilidad.
Pareces dudar. Cruzo los dedos detrás de mi espalda. Al final, asientes con la cabeza. Me siento aliviado.
El camino hasta mi casa no es largo, pero pienso que ojala dure eternamente. Me siento bien a tu lado. No quiero que esta sensación desaparezca. Nada más llegar pasas al salón. Te sirvo un té, reservado especialmente para ti.
I’m sorry, Antonio.
Cuando despiertas, aturdido, tratas de levantarte. Te extrañas de no ser capaz de ello. Te miras y te das cuenta de que tus pies y tus manos están encadenados. Entonces alzas la cabeza y me miras. Hay furia en tus ojos.
-¡¿Qué demonios me has hecho, Arthur?!
Sonrío. Me acerco.
-Tan solo quiero revivir viejos tiempos, Antonio. Solo eso.
En tu mirada aparece una chispa de comprensión. De pronto, se transforma en miedo. No tienes delante al Arthur de siempre. Ahora estoy en mi versión más cruel, más sádica.
Te hago levantarte y engancho los grilletes que apresan tus manos a un gancho en el techo. Alcanzo un cuchillo de la mesa que tengo al lado, y con él reduzco tu camisa a simples jirones tirados en el suelo.
-Tienes miedo, ¿verdad?-digo, pasando la punta del cuchillo suavemente por tu pecho, pero sin cortarte. No quiero dañar tu piel. No aún.
-Nunca.
Pero lo veo tan claramente en tus ojos...
Me aparto para colocarme tras de ti, y es entonces cuando ves el espejo que hay delante de nosotros. El mismo espejo que usé aquella vez.
Uso el cuchillo de nuevo, esta vez para deshacerme de tus pantalones y tu ropa interior. No había olvidado cómo de hermoso era tu cuerpo. Es algo que nunca podría olvidar. Dejo el cuchillo a un lado y deslizo las manos por la piel de tu espalda, tan suave como siempre. Después, te araño, dejando marcas rojas por toda tu espalda. Y te oigo gritar. Música para mis oídos.
-¡Déjame marchar, Arthur, joder! ¿Qué demonios es lo que quieres de mí?
Sonrío una vez más. Creo que deberías saberlo.
-Sólo hay una cosa que nunca he visto de ti. Nunca te he visto llorar. Y llevo demasiados años esperando para ver ese espectáculo.
Te penetro. Sin preparación. Gritas aún más fuerte. Y sin esperar ni un segundo comienzo a moverme con furia. Con deseo. Aprietas los dientes para no gritar, cierras los ojos con fuerza para no llorar. Pero vuelvo a arañarte, y no puedes evitar abrirlos de pronto.
Y ahí están. Por fin. Tus lágrimas. Tanto tiempo esperando para esto...
Aun así, no dejo de moverme. Añoraba la sensación de tenerte a mis pies, de estar en tu interior Tu temperatura. Y de pronto veo tu sangre de nuevo corriendo por tus brazos. Por tus piernas.
Y siento arrepentimiento.
¿De verdad quería hacerte tanto daño?
Pero no puedo parar. Me es imposible. Sigo moviéndome en tu interior, con frenesí, hasta llegar a mi límite y sobrepasarlo. Me detengo. Me aparto. Te quito las cadenas y te dejo en el suelo, con una manta por encima. Justo cuando voy a salir por la puerta, oigo tu voz a mis espaldas.
-¿Por qué?
Me giro. Aún sigues llorando. Nunca te había visto así, tan desolado. Soy incapaz de irme sin decírtelo.
-Porque te quiero. Y te odio por no estar conmigo.
Me miras, incrédulo. Sé perfectamente que no tengo excusa para lo que te he hecho. Sé que me odiarás eternamente. Tus palabras me lo confirman.
-¿Y ésta te parece la forma correcta para hacérmelo saber? Yo también te quiero. Te quería. Pero ahora...-dejas de hablar.
De nuevo, me siento destrozado. Arrepentido. Más que odiarte, me odio a mi mismo. No sé como demonios he llegado a este punto de no retorno. Trato de pedirte disculpas, pero la voz se niega a salir de mi garganta. Te miro a los ojos, deseando una vez más que puedas leer en ellos. Pareces comprender.
-Lo siento por no haber vuelto contigo. Debería haberlo hecho, pero fui lo suficientemente estúpido como para dejarte ir-sacudes la cabeza-. Ahora es tarde, ¿verdad?
Las lágrimas empiezan a caer por mi rostro. No me hacen falta las palabras para hacerte entender lo que siento. Caigo al suelo sin poderlo evitar.
Quiero morir.
Pero tu mano acariciando mi mejilla me hace reaccionar. No hacen falta palabras. Me comprendes. Te comprendo.
Lloramos en silencio hasta el amanecer, tirados en el suelo, el uno al lado del otro. No hay otra cosa que podamos hacer.
Nos hemos condenado a nosotros mismos a permanecer separados de la persona amada.
Porque es así. Yo te amo, tú me amas.
Pero sólo se queda en un sentimiento encerrado en nuestros cuerpos.
No podemos estar juntos.
Tal vez nunca podamos volver a estarlo.
Aunque...
Nuestras miradas se dirigen al cuchillo, ahora en el suelo.
Tal vez de esa forma nadie pueda separarnos.
No podrán.
Nuestra sangre ahora se mezcla en el suelo. Nuestras manos se entrelazan sobre ella. Tu frente apoyada en la mía. Unas últimas palabras en nuestros labios.
Te querré eternamente. Más allá de la muerte.

sábado, 28 de julio de 2012

Pétalos de flores de cerezo

Pétalos de flores de cerezo.

Siempre creí que podía estar a tu lado para siempre... que no importaba qué ocurriese a nuestro alrededor, con quiénes nos topásemos en este mundo, yo siempre podría estar a tu lado, y tú al mío.
Las flores de cerezo comienzan a perder los pétalos y éstos caen sobre mí como una fina lluvia a media mañana, como una suave nevada de copos fríos y hermosos. Tal vez estén tratando de acompañarme en mi soledad. Tal vez simplemente me lo esté imaginando.
Sigo sentada bajo ese cerezo, el que destaca entre los demás por ser el más frondoso, el mismo en el que una vez hace mucho tiempo me prometiste que me protegerías.
Te sigo esperando.
Rodeo mis rodillas con los brazos, tratando de infundirme a mi misma algo de calor, pero es tan difícil... no es lo mismo cuando estoy solo yo, cuando no hay una mano cálida sujetando mi mano fría, cuando no hay unos acogedores brazos rodeándome tratando de mitigar mi tristeza, esta tristeza que me inunda y se desborda a través de mis ojos en forma de cristalinas y saladas lágrimas que caen por mis mejillas.
¿Qué puedo hacer sin ti a mi lado? Me siento tan sola...
Recuerdo tu sonrisa, inundándolo todo, como el sol en el cielo estival, mi propio sol en mi pequeño mundo, un mundo que creaste para mi, un mundo en el que no podía ser herida de aquellos que por una razón que aún se me escapa ansiaban destrozarme, hacerme trizas y reducirme a la nada. Tú me rescataste de aquél mundo de oscuridad que me rodeaba y hería, de aquella situación tan desesperante y angustiosa. Te debo la vida y el mundo. Para mi, aunque tu trabajo no fuese honesto, aunque fueses un asesino, para mi seguirías siendo un ángel, con suaves plumas en brillantes alas blancas.
Recuerdo aquel momento, yo sentada en el mismo sitio que ahora, el banco bajo el cerezo, vendas en mis brazos, el pelo rubio oscuro desparramado sobre mis hombros, los ojos grises clavados en el suelo; tú de pie frente a mi, tu pelo castaño claro reflejando la luz del sol, tus ojos dorados brillantes como estrellas, el rostro serio pero amable. ¿Recuerdas aquél momento tú también? Dijiste mi nombre, y yo alcé los ojos poco a poco hasta que nuestras miradas se unieron. Te pregunté si me odiabas, si me detestabas, tú sacudiste la cabeza, te sentaste a mi lado y tomaste mis manos. Estuvimos un instante en silencio, y entonces me hiciste la promesa que ahora atesoro en mi mente y mi corazón, y me hiciste prometer a cambio que no volvería a lastimarme a mi misma como lo hice en aquel momento. Acepté, y entonces me llevaste contigo.
Hacia la luz.
Una sonrisa se dibuja suavemente en mi rostro, recordando el tono de tu voz al decir mi nombre, y al recordar el mío propio al decir el tuyo.
Pero la sonrisa se borra con rapidez de mi rostro al recordar los momentos tristes, aquellos en los que ambos sufrimos. Y es entonces cuando me pregunto si hay algún límite para este sentimiento llamado amor, que nos quema y nos hiere, que nos hace felices y nos hace tristes, este torbellino de emociones que no para ni por un breve instante.
Al pasar el tiempo seguíamos al igual que en ese instante, el uno al lado del otro, tú protegiéndome, yo tratando de hacer lo mismo. Y fue entonces cuando me dijiste que te ibas, y que yo no podía ir contigo. Tanto dolor, tanto sufrimiento... las lágrimas se desbordaron con violencia y traté de retenerte con cientos de miles de palabras, cientos de miles de recuerdos, todos entre mis manos. Posaste un dedo sobre mis labios y me dijiste que no había nada que hacer, que ya todo estaba decidido, pero aun así yo traté de negarlo, no podía ser cierto.
Las flores de cerezo se arremolinan a mis pies, se enredan en mi pelo, se pegan a mi rostro húmedo por las lágrimas. Sigo sin poder asimilarlo.
Aquél día llegó de forma tan repentina que cortó mi respiración y heló mi sangre. Eché a correr de tal forma que casi ni recuerdo por dónde pasé, a quién vi. Lo único que recuerdo es que en ese momento lo único que necesitaba era llegar cuanto antes a tu lado.
Me dejaste de forma tan repentina que creí que acabaría yendo tras de ti en cualquier momento, pero me dijiste que no podía hacerlo, no aún. Así que me contuve, y traté de esperar todo el tiempo posible.
Me seco las lágrimas con la manga, me quito los pétalos de las flores de cerezo de encima y me arrebujo en mi chaqueta. Tengo frío, y no sé qué hacer.
-Chloe.
Alzo la vista, y te veo delante de mí, esta vez sonriente, tus ojos tan brillantes como siempre. Sonrío contigo, te echaba tanto de menos...
Me tiendes la mano, y yo sin dudarlo ni un instante la acepto. No tengo miedo de lo que pueda suceder a partir de ahora, lo único que me importa es que vuelvo a tenerte a mi lado.
Camino junto a ti, nuestras manos entrelazadas. Me dices que me quieres, yo te digo que te amo.
El sol brilla sobre nuestras cabezas y calienta el mundo a nuestro alrededor, la hierba que pisamos está tan verde y llena de vida como solía estar. El cerezo queda ahora a nuestras espaldas.
¿Sabes? Ahora que lo pienso...
...nunca hubiese creído que la muerte sería de esta forma.
¿No es así... Samuel?

viernes, 27 de julio de 2012

Hablemos sobre: Platonic Venus

Estoy segura de que aquellas personas que lean manga, específicamente shojo, conocen el manga Platonic Venus, de Yuki Nakaji, en japonés Venus wa Kataomoi, Venus in Love en inglés.
Cuando yo conocí esta serie ya leía algún shojo (Ouran Host Club, W Juliet), pero éste en concreto me encantó. Todo comenzó cuando una amiga me contó un par de anécdotas sobre la serie, y no mucho después me la dejó entera para que la leyera. No me duró mucho tiempo, día y medio más o menos, y actualmente tengo la serie completa en mi estantería y tengo que releerla cada poco.
Podría decir que es uno de los shojos que más me gusta de todos los que he leído hasta ahora, y sus personajes son simplemente geniales (quiero un Eichi solo para mí >w<). La historia está muy bien hecha, te engancha y no puedes dejar de leer y de reírte. También hay algún momento algo triste, como en todo, pero acabas rodando de la risa la mayoría de las veces.
Todo comienza cuando la protagonista, Suzuna, comienza la universidad y se va a vivir a la residencia de la misma, donde conoce a un chico, su nuevo vecino, llamado Eichi, que la empieza a llamar caniche. También conoce a otro chico, Fukami, que se apunta al club de tenis, y a una chica llamada Hinako. Más tarde, aparece un chico llamado Yuki que se une al grupo. La historia gira en torno a estos cinco personajes y todo lo que les ocurre, con toques de humor, drama y, sobre todo, romance.
La serie consta de doce tomos (serie completa), publicados aquí en España por Panini, a 7'20€ el tomo. A todo aquél que aún no la haya leído, os recomiendo leerla por la simple razón de ser un manga increíblemente fantástico y divertido.

Algunos de los protagonistas (Suzuna, Eichi y Yuki):




















Tiempo Libre - Capítulo 01

CAPÍTULO I

Es verano (por fin), hace calor... y bueno, no hay ningún concierto a la vista (de momento). Por fin tengo algunos días libres... relativamente. De pronto, algo impactó contra la parte posterior de mi cabeza.
-Shou, baja de la nube a la que te subiste y haz el favor de ensayar con nosotros, ¿si?-dijo Nao detrás de mí-Y ya que estás, tráeme la baqueta que te lancé ^^
-Nee, Nao-comenzó Hiroto-, ¿cómo es que tienes tan buena puntería?
-Bueno, cuando está quieto es fácil darle...
-Críos... "-.- -dijo Tora, a mi derecha
-Pasa de ellos ¬.¬-le dijo Saga. Qué raro que diga eso...
Frotándome donde me había dado la baqueta, me giré, la recogí del suelo y se la lancé a Nao, el cuál la atrapó al vuelo. Vi la cara de admiración de Hiroto... y se me revolvió el estómago. No sé por qué, pero pasó.
-Disculpadme un momento... necesito ir al baño ^^-dije
-A qué irás tú... ¬v¬-comenzó Nao, pero una mirada de Saga le hizo callarse
Fui lo más rápido que pude al baño y, según llegué, abrí el grifo y mojé mi cara. No sé que me pasa últimamente, pero cuando veo algo como eso (el rostro de Hiroto lleno de admiración hacia Nao) no lo puedo soportar... Escuché la puerta al abrirse y me giré para encontrarme frente a frente con Hiroto. Me ardían las mejillas...
-¿Eh? Shou... ¿Te encuentras bien? Te arden las mejillas-dijo, posando su mano sobre mi mejilla.
-No te preocupes, Hiroto. Estoy bien, simplemente tengo algo de calor ^^
-OK ^u^ Bueno, ¿vamos?
-Sí ^u^
Después de eso, mientras ensayábamos, mi mirada se escapaba muchas veces a donde estaba Hiroto. Sé que a los demás no les importa porque bueno, es lo que hago en mi tiempo libre prácticamente desde que se formó la banda... aunque desconozco por completo la razón por la que no puedo dejar de mirarle.
Cuando por fin terminamos de ensayar (la última canción fue Fantasy... la amo), mientras todos recogían sus instrumentos, yo miraba por la ventana del local.
-Shou, ¿aún sigues en tu cuerpo o estás al lado de Hiroto?-dijo Tora en mi oído, sobresaltándome
-Tora... ¿pretendes matarme de un susto? O.O
-Más o menos xD-rió
-Pues vaya... -.-“
-Bueno, a lo que iba. ¿Recuerdas donde rodamos Number Six?-dijo Tora. Asentí-Bien, pues resulta que han remodelado algo la casa, haciéndola habitable, y nos han invitado a pasar ahí unos días (o unas semanas, depende)
-¿Quiénes van?
-De momento, todos, sólo faltas por decidirte tú
-...-“Va Hiroto entonces”
-¿Y bien?
-Claro que voy n.n
-¿Escuchasteis? también viene Shou-dijo Tora en voz alta
-¡Bien! ¡Así podremos ponerle a cantar mientras cenamos!-exclamó Saga
-Humm... ¬¬-haré como que no lo oí
-Opino lo mismo ^w^-dijo Nao
-Ehh... ¬_¬-eso sí lo oí
-¡Hey! ¡No os metáis con Shou! Pobrecito...-exclamó Hiroto saliendo en mi defensa
Al escuchar esas palabras de Hiroto noté cómo mis mejillas enrojecían de repente; me ardían. Aún no me lo creo... ¡Hiroto defendiéndome! ^w^
-¿Qué pasa Shou? ¿Por qué te pones rojo?-preguntó Nao
-¡Wahh! O//////////O-mierda, mierda, mierda
Tora se acercó a mí, rodeó mis hombros con un brazo y me dio la vuelta.
-No le pasa nada, simplemente tiene algo de calor... hace calor de todas formas-dijo, y después se acercó a mi oído y susurró-.Tienes que aprender a controlarte, hombre... si no van a pensar que te gusta Hiroto...
-Lo sé... Aunque no sé si será eso lo que me pasa -.-“ -susurré
-¡¡¿¿En serio??!!-parecía sorprendido
-Creo que si, no estoy seguro... Aprovecharé estos días para averiguarlo.
O eso espero ^^u Realmente tengo curiosidad por entender todo esto, por entender mis propios sentimientos... Es algo que no puedo evitar. Ni puedo, ni quiero, porque es realmente importante para mí. Porque todo esto tiene que ver con él.
De pronto, sentí a alguien a mi lado
-¿Averiguar el qué? OwO-dijo Nao
Ay dios... Nao... Sentí que enrojecía más que antes.
-Nada ¬//¬
-¿Qué dices que vas a averiguar? OwO-dijo Saga
-Nada...
-Nee Shou...-Hiroto se puso a mi lado-¿Qué tienes q averiguar? No me dejen fuera de la conversación...
Y ahí colapsé.

~PUNTO DE VISTA DE SHOU~ Fin

Shou, totalmente rojo, se giró para mirar a Hiroto a los ojos.
-He dicho que...-comenzó, pero colapsó y cayó sobre Hiroto
-OwO ñaca ñaca ñaca-Saga y Nao pusieron cara de diablillos
-Malpensados... uh-dijo Tora
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡MALPENSADOS!!!!!!!!!!-gritó Hiroto, muy rojo-¡¿Queréis dejar de imaginaros cosas y ayudarme?!
-Sí...-dijeron Tora, Saga y Nao

lunes, 16 de julio de 2012

Hablemos sobre: Cazadores de Sombras

Puede que muchos de vosotros conozcáis la saga de Cazadores de Sombras (en inglés The Mortal Instruments) de haberla visto en vuestra librería habitual, en páginas web, o porque actualmente tenéis los libros en vuestra estantería. A aquellos que no os habéis atrevido a coger este libro y echarle un vistazo, os digo: merece la pena leer esta saga. La razón es simple: es una serie que, una vez te atreves a leer, te engancha hasta tal punto que no te deja parar.
Yo misma me enganché de tal forma que, a las seis horas de haber empezado con el primero ya lo había terminado. Lo que te atrapa no sólo es la historia, también los personajes. Cada uno tiene su punto, desde la protagonista, Clary, al sarcástico Jace, pasando por el fantástico, maravilloso y excéntrico Magnus Bane (cómo lo adoro >w<).
La historia nos lleva a adentrarnos en un mundo que convive con el nuestro a través de los ojos de Clary, una chica aparentemente normal y corriente de cabello rojo como el fuego. Todo empieza cuando ella y su mejor amigo, Simon, van a una discoteca llamada Pandemonium, donde Clary ve a dos chicos y una chica en una sala aparte enfrentándose a un extraño chico de pelo azul. Los tres primeros piensan que ella no les puede ver hasta que, sorprendidos, ella les habla.
Es entonces cuando empezamos a preguntarnos ¿por qué ellos creen que Clary no puede verlos? Y también ¿por qué puede verlos ella y los demás no? Ya que, más adelante, cuando Clary y Simon están en una cafetería, uno de los chicos que había en la discoteca, aquél que a Clary le llama la atención al parecer "un león, con su cabello dorado y ojos del mismo color", habla con ella, pero nadie más le puede ver.
Ése es más o menos el comienzo de llibro. Una historia muy interesante y con unos buenos toques de humor que vienen habitualmente de la mano de Jace, como por ejemplo ésta conversación entre Clary y Jace:

"-Esas chicas del otro extremo del vagón te están mirando.
Jace adoptó un aire de sosegada complacencia.
-Por supuesto que lo hacen-dijo-. Soy uncreíblemente atractivo.
-¿No has oído nunca que la modestia es una característica atrayente?
-Sólo de las personas feas-le confió él-. Puede que los mansos hereden la tierra, pero por el momento, pertenece a los presuntuosos. Como yo."

Momentos como éste y más los encontraréis en el primer libro de la serie. Actualmente la saga principal cuenta con cuatro libros, con un quinto a punto de ser publicado en Españ (o eso espero), y la precuela cuenta con dos, con un tercer y último libro anunciado para el año que viene.

La saga principal (Cazadores De Sombras -The Mortal Instruments en inglés-):

01. Ciudad de Hueso
02. Ciudad de Cenizas
03. Ciudad de Cristal
04. Ciudad de los Ángeles Caídos
05. City of Lost Souls (sólo en inglés aún)
06. City of Heavenly Fire (previsto para 2014)

La precuela (Cazadores de Sombras: Los Orígenes -The Infernal Devices en inglés-):

01. Ángel Mecánico
02. Príncipe Mecánico
03. Clockwork Princess (previsto para 2013)

sábado, 14 de julio de 2012

Serie Welcome to our Dark Business - Revenge - Ficha

Serie: Welcome to our Dark Business
Título: Revenge

Argumento:
Una semana después de concluir el Caso Knox, Bryan y Caos vuelven a la ciudad tras estar ocho meses ausentes. Pero la situación con la que se encuentran es peor de la que se esperaban: vuelve a haber un asesino en la ciudad, y esta vez ni siquiera el informante sabe de quién se trata.

Tipo: Varios capítulos
Finalizado: No
Público: Mayores de 13
Temática: Romance, yaoi, misterio, drama
Advertencias: muerte de personajes, violencia
Categoría del fanfic: Originales
Lista de capítulos: personajes + intro + -

000. Personajes

00. Intro

Serie Welcome to our Dark Business - Darkest Business - Ficha

Serie: Welcome to our Dark Business
Título: Darkest Business

Argumento:
Cinco meses después de los acontecimientos del asesino de la espada, Bryan y Caos tratan de poner tierra de por medio mudándose a New York, tomándose un año sabático de los estudios. Pero las cosas no son tan simples como parecen... y menos cuando alguien te pide que investigues su propio pasado.

Tipo: Varios capítulos
Finalizado: No
Público: Mayores de 13
Temática: Romance, yaoi, misterio, drama
Advertencias: muerte de personajes, violencia
Categoría del fanfic: Originales
Lista de capítulos: personajes + intro + -

000. Personajes


00. Intro