Todo por una copa
~Punto de vista de Uruha~
Bebí otro trago de mi copa de sake. Era la primera copa que tomaba, y ya hacia tiempo que no bebía. Miré a mi alrededor y centré mi atención en Aoi. Estaba solo, sentado a la barra, bebiendo. Cogí mi copa y me acerqué a él.
-¿Cómo es que bebes solo?-le dije
-Porque no tengo con quien hacerlo
Arqueé una ceja.
-Me tienes a mí-me senté a su lado
-Pero tú sueles beber solo...
Bebí otro trago y me dediqué a mirarle mientras bebía. Estuvimos un buen rato bebiendo, una copa tras otra, casi sin hablar. De pronto, Aoi acercó sus labios a mi oído.
-Llévame a tu casa...-me susurró
-¿Q-qué?
-¿No es eso lo que haces con tus ligues de bar? Llévame a tu casa, Uruha...
Le miré con incredulidad, ¿Aoi pidiéndome que le llevase a mi casa? No me lo podía creer... ¡Me está ofreciendo que le lleve a mi casa y que lo tome! Hacía tanto tiempo que quería esto...
-Está bien-le cogí de la mano-. Vamos a mi casa.
Según llegamos a mi casa, tras cerrar la puerta, Aoi se me acercó sensualmente y comenzó a desabrochar mi camisa.
-Esto es lo que suelen hacer primero tus ligues de bar, ¿no?-dijo
-No, lo primero que suelen hacer-tomé su rostro entre las manos, obligándole a mirarme-es esto-junté mis labios con los suyos
Cuántas veces soñé con hacer esto, cuántas veces soñé con tenerle así... Pero claro, él no lo sabe...
Conseguí que entreabriese sus labios e introduje mi lengua en su cavidad. Nuestras lenguas luchaban por el poderío, por el control en ese beso, pero Aoi sabía que yo saldría vencedor, porque de todas formas eso es lo que él desea, lo sé. Conseguí llevar mis manos hasta su camisa, la desabroché y se la quité, y él me quitó la mía. ¿Dónde lo haremos? ¿En el salón? ¿En la habitación? ¿En el baño? No sé...
-¿Dónde quieres que lo hagamos, Uruha?-dijo Aoi, soltando el cierre de mi pantalón
-¿Tanta prisa tienes?-gemí al notar su mano sobre mi miembro
-Tengo ganas de hacerlo contigo, ¿es eso malo?-introdujo su mano en mi ropa interior
-Realmente... ahh~... no...
Traté de guiar de nuevo la situación, aunque con las caricias de Aoi en mi miembro realmente me estaba costando. Volví a besarle, le tomé de la cintura y le guié hacia el sofá del salón mientras le desabrochaba los pantalones. Le tumbé en él conmigo encima, me separé un poco y de un tirón le quité los pantalones, dejándole solo en ropa interior. Después, llevé mis labios a su cuello, donde me dediqué a besar, lamer y morder su piel, haciendo que Aoi emitiese gemidos de placer. Llevé mis manos a sus pezones y comencé a jugar con ellos, haciéndole gemir más fuerte, y al estar apoyado en él, me di cuenta de que su miembro se endurecía cada vez más, al igual que el mío.
-Te estás poniendo bastante duro, Aoi-le dije contra la piel de su cuello
-Como para no hacerlo... ahh... contigo estando encima de mí...
-Jajaja.
Abandoné su cuello para bajar poco a poco por su torso, detenerme en sus pezones, lamerlos y morderlos, mientras que mis manos bajaban más aún, hasta sus bóxers. Pasé la mano sobre ellos, notando su miembro. Oh, joder, qué dura la tenía... Bajé sus boxers y se los quité, y una vez desnudo, bajé con mis labios hasta toparme con su miembro. Quería hacer este momento lo más largo posible, quería hacer que me rogase, que me suplicase...
Empecé por tomar su miembro entre mis manos y acariciarlo con delicadeza, lentamente, muy lentamente, torturándolo. Después, pasé la lengua con cuidado por toda su longitud; sentí cómo Aoi se estremecía.
-¿Quieres más, Aoi?-pregunté lentamente
-S-sí... por favor...
Sonreí.
Cogí de nuevo su miembro entre mis manos y lo introduje lentamente en mi boca, hasta el fondo, y después lo saqué con la misma lentitud, apretando ligeramente con los labios, lamiéndolo. Quería torturarlo, hacerle gritar y suplicar que fuese más rápido, y por la cara de placer que estaba poniendo Aoi en esos momentos, creo que no tendré que esperar mucho. Repetí los mismos movimientos un poco más, muy lentos, hasta que Aoi gimió y me miró.
-¡Oh, dios, Uruha! ¡Necesito más! ¡Por favor!
-Como tú quieras...
Aumenté el ritmo un poco, pero solo un poco, siendo aún lento; quería que me suplicase más...
-Por favor, Uruha... ahh... deja de torturarme... más rápido... por favor...
-¿Qué quieres que haga más rápido?-dije
-¡Masturbarme, joder!-exclamó con las mejillas sonrojadas
-Eso está mejor-dije, y aumenté la velocidad de mis movimientos
No se cuantas veces me había imaginado con Aoi en una situación parecida, demasiadas, creo. Él siempre me hace sentir que no puedo vivir sin tenerle, sin amarle, pero claro, él no sabe nada, porque no se siquiera si le gustan los hombres... Demos las gracias al alcohol por la ocasión de estar con él. Seguí masturbándole con rapidez, introduciendo su miembro en mi boca y succionando durante un rato, hasta que Aoi, con un fuerte gemido, se vino en mi boca.
-Humm... sabes muy bien, Aoi... Tenía ganas de probarte...-dije mientras me relamía los labios
-Ahh... Uruha... yo...-comenzó a decir, jadeando
-¿Qué pasa?
-Quiero que...-se acomodó mejor en el sofá y abrió sus piernas-Quiero que lo hagas ya...
-¿Qué es lo que quieres que haga?-dije sensualmente, bajándome poco a poco los pantalones-. Pídemelo bien, Aoi...
-Yo... oh, Uruha, yo... Joder... fóllame... Fóllame ya... Por favor...-dijo más sonrojado que antes
-Claro que sí, Aoi...-dije mientras terminaba de despojarme de mis pantalones y mi ropa interior.
Abrí sus piernas y me situé entre ellas; le miré. Aoi tenía algunos mechones de pelo pegados a su rostro, las mejillas rojas y su cuerpo lleno de sudor, era una visión muy hermosa... Llevé dos de mis dedos hacia su boca, los lubricó e introduje uno en su entrada. Al principio gritó, pero al poco comenzó a acostumbrarse. Introduje un segundo dedo, y después un tercero con el objetivo de dilatar su entrada lo máximo posible para que no le doliese. Cuando ya estuve seguro de que estaba preparado, coloqué la punta de mi miembro contra su entrada y le cogí por la cadera.
-¿Preparado?
Observé a Aoi de nuevo. Apartó unos mechones de pelo mojado del rostro y me miró a los ojos.
-Sí, estoy preparado.
Eché mi cadera hacia adelante y le penetré de una sola vez, provocando que Aoi emitiese un grito de dolor, cerrase los ojos con fuerza y curvase su espalda. Me quedé quieto dentro de él esperando a que se acostumbrase.
-Oh, dios, Uruha... Qué grande la tienes... Ahh... ¿A qué esperas para moverte?
-Ya voy, mi impaciente guitarrista...
Volví a echar la cadera hacia atrás y volví a enterrarme dentro de él, llegando hasta lo más profundo, provocando que Aoi gimiese y arquease un poco más la espalda. Seguí moviéndome dentro de él con un ritmo constante, rápido y fuerte, provocando que Aoi gimiese lujuriosamente y que se mordiese el labio inferior. Traté de aumentar un poco más la velocidad, y de pronto, Aoi se incorporó y se abrazó a mí, apoyó la cabeza en mi hombro y gimió en mi oído, excitándome más de lo que ya estaba. Aproveché para mover la cabeza y alcanzar sus labios, besándole con pasión, siendo correspondido por él con la misma intensidad, con nuestras lenguas jugando a entrelazarse, luchando por el poderío.
Nos separamos cuando notamos que nos faltaba el aire.
-Uruha... ahh... creo que... no voy a... ahh... poder aguantar... más.... ¡ahh!
-Yo tampoco... ahh... Aoi... yo... ahh... tampoco...
Aumenté todo lo que pude el ritmo de las embestidas, llegando a enterrarme en lo más profundo de su cuerpo, haciéndolo prácticamente insostenible, provocando que nuestros gemidos se alzasen y se uniesen en uno solo, hasta que ambos terminamos a la vez, Aoi entre nuestros cuerpos y yo dentro de él, dando un fuerte gemido.
Aoi se dejó caer hacia atrás y yo salí de su cuerpo. Le observé: su cuerpo estaba cubierto de sudor, sus cabellos mojados... Cogí una manta y se la eché por encima, recogí mi ropa y fui a darme a una ducha.
Mañana será un día complicado...
~Punto de vista de Aoi~
Nada más despertar, sin ni siquiera abrir los ojos, supe que no estaba en mi casa. Y no sólo por el hecho de estar echado en un sofá, sino por el olor del sitio.
Olía a Uruha.
Abrí lentamente los ojos y, efectivamente, estaba tumbado en un sofá, tapado con una manta. Desnudo. Miré a mi alrededor y vi que mi ropa estaba en un sillón. Me levanté, me vestí, y fui a buscar a Uruha, que por el ruido, estaba en la cocina. Según entré, le vi cocinando, preparando el desayuno.
-Buenos días, Uruha...
-Buenos días, Aoi ^^ ¿Qué tal dormiste?
-Bueno, bastante bien...-le miré-Por cierto, Uruha...
-Dime-dijo, dándose la vuelta y mirándome a los ojos
-¿Por qué estaba durmiendo desnudo en tu sofá?
Pareció dudar. Se acercó a mí y me miró con intensidad a los ojos.
-Bueno, pues anoche, tú y yo... en el bar... bueno, estuvimos bebiendo juntos y...
-Y te pedí que me llevases a tu casa, lo sé-le dije
-Espera, lo... ¿lo recuerdas?
Miré a Uruha divertido, realmente me encantaba dejarle así, sorprendido.
-Claro que lo recuerdo todo, Uruha. Casi no bebí anoche, todo lo que dije, todo lo que hice, fue por voluntad propia.
-Yo... yo creía que...
-¿Que estaba borracho? Pues no, no lo estaba... Todo lo de anoche lo usé como excusa para estar contigo, porque bueno... realmente hacía muchísimo tiempo que quería besarte, abrazarte, dejar que me tomases... porque Uruha...-me acerqué a él
-¿Sí?
-Te amo-dije, y posé mis labios sobre los suyos
Al principio noté que Uruha se sorprendía por lo que yo había hecho, pero me dio igual, yo seguí adelante, acariciando sus labios con los míos, dándole a entender que lo que había dicho antes era totalmente cierto.
-Aoi, yo también te amo-susurró Uruha sobre mis labios en un momento que se separó, y volvió a besarme, con pasión, haciéndome entreabrir mis labios, adentrando su lengua en mi boca, jugueteando con la mía. Nos separamos cuando notamos que nos faltaba el aire.
-Uruha, esta vez no me lo hagas en el sofá... Vamos a tu habitación, ¿vale?
-Está bien...
Me dejé guiar por Uruha hasta su habitación, que estaba casi a oscuras. De camino, fui desabrochando su camisa y acariciando su pecho, mientras que él se dedicaba a besar mi cuello y jugar con su lengua en las zonas más sensibles. Una vez llegamos a la habitación y Uruha cerró la puerta tras de sí, me quité la camisa, la dejé a un lado, le quité a Uruha la suya y dejé que me tumbase en su cama. Cada caricia de Uruha me excitaba cada vez más y más, haciéndome estremecer, haciéndome querer más. Sentí cómo me desabrochaba el pantalón y me lo quitaba, cómo se dedicaba a jugar con mis pezones. Rápidamente, desabroché su pantalón y llevé mi mano hasta su miembro, acariciándolo por encima de su ropa interior, haciéndole gemir. Ayer por la noche fue él quien me tocó así, y no pude darle nada a cambio... Esta vez me toca a mí. Bajé ligeramente sus bóxers y tomé su miembro entre las manos, acariciándolo con suavidad, provocando que Uruha gimiese. Aumenté el ritmo un poco más, pero de pronto, Uruha se levantó, me quitó la ropa interior, se quitó toda la ropa que le quedaba y se tumbó sobre mí.
-Lo siento, pero no vas a ser tu solo quien haga esto...-dijo
Entonces, tomó mi miembro entre sus manos y lo introdujo en su boca, haciéndome gemir con fuerza, y justo en ese momento me di cuenta de que yo también podía hacer lo mismo que Uruha, así que le imité. Estuvimos un rato así, dándonos placer mutuamente, hasta que ambos terminamos en la boca del otro.
-No lo haces mal, Aoi-me dijo sonriendo-, pero ahora llega mi turno...
Vi cómo Uruha se situaba entre mis piernas y me miraba sensualmente. Lubricó dos de sus dedos y los llevó a mi entrada. Introdujo el primero, lo que me hizo gritar de dolor, y comenzó a moverlo dentro de mí para dilatar mi entrada. Al poco introdujo un segundo dedo, y después un tercero, dilatando mi entrada. Ya no me dolía tanto, lo que ahora sentía era una mezcla maravillosa de dolor y placer. El dulce y doloroso placer que desde hacia tiempo quería sentir con Uruha.
Al poco, Uruha retiró los dedos de mi entrada y colocó la punta de su miembro contra ésta, haciendo una ligera presión.
-Hazlo ya, Uruha... por favor...
-Está bien...
Uruha tomó mis caderas con firmeza y echó su cadera hacia delante, penetrándome de una sola embestida, lentamente, dándome tiempo a asimilarlo. Gemí con fuerza al sentir la longitud de Uruha dentro de mí, tan profundo...
Al poco comenzó a moverse, con un ritmo lento, suave, perfecto, transmitiéndome una dulzura inimaginable. Lo amo tanto... Cada embestida que me daba era tan profunda, llegaba hasta lo más profundo de mi cuerpo, haciéndome sentir cosas que en la vida había sentido. Cada caricia de sus manos sobre mi cuerpo me hacía vibrar, cada beso que depositaba en mi piel me hacía suspirar...
-Nnn... Ahh... Uru...ha... yo...-comencé a decir
-¿Sí? ahh...
-Uruha... nnhh... te... te amo... ahhh...
-Yo... ahh... también... Aoi... ahh... desde... siempre...
Uruha aumentó el ritmo, las estocadas se volvieron algo más rudas, algo más profundas, si eso aún era posible. Le eché los brazos al cuello y me apegué a él todo lo que pude, moviéndome a la vez que él, haciendo cada movimiento más placentero aún, hasta que noté ese cosquilleo por mi espalda, que indicaba que ya no iba a poder aguantar más.
Después de unas estocadas más, Uruha y yo terminamos a la vez, él dentro de mí y yo entre nuestros cuerpos. Uruha salió de mi cuerpo y tapó nuestros cuerpos con una sábana. Me abracé a él.
-Y pensar que todo esto empezó con una copa...-le dije
-¿Con una copa?
-Sí, jeje. Fue hace tiempo, la primera vez que salimos juntos a tomar algo. No recuerdo muy bien qué fue lo que me diste a probar, sólo se que era una bebida muy fuerte, y a mi me dejó medio borracho xD a ti del todo... y justo en ese momento me besaste-le miré-. Dios, aquel beso que me diste... nunca podré olvidarlo...
-Pues no lo olvides... ah, y que conste, yo no estaba borracho xD me lo hacía.
-O.O ¿Te lo hacías?-eso no me lo esperaba
-Es que llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo...
Sonreí. Me incorporé y me situé encima de él. Le miré a los ojos.
-Pues vuélvelo a hacer, Uruha... todas las veces que quieras-dije, acercando mis labios a los suyos
-Será un placer. Aoi... Te amo-dijo, uniendo sus labios con los míos en un beso que jamás olvidaré.
Fin
~Punto de vista de Uruha~
Bebí otro trago de mi copa de sake. Era la primera copa que tomaba, y ya hacia tiempo que no bebía. Miré a mi alrededor y centré mi atención en Aoi. Estaba solo, sentado a la barra, bebiendo. Cogí mi copa y me acerqué a él.
-¿Cómo es que bebes solo?-le dije
-Porque no tengo con quien hacerlo
Arqueé una ceja.
-Me tienes a mí-me senté a su lado
-Pero tú sueles beber solo...
Bebí otro trago y me dediqué a mirarle mientras bebía. Estuvimos un buen rato bebiendo, una copa tras otra, casi sin hablar. De pronto, Aoi acercó sus labios a mi oído.
-Llévame a tu casa...-me susurró
-¿Q-qué?
-¿No es eso lo que haces con tus ligues de bar? Llévame a tu casa, Uruha...
Le miré con incredulidad, ¿Aoi pidiéndome que le llevase a mi casa? No me lo podía creer... ¡Me está ofreciendo que le lleve a mi casa y que lo tome! Hacía tanto tiempo que quería esto...
-Está bien-le cogí de la mano-. Vamos a mi casa.
Según llegamos a mi casa, tras cerrar la puerta, Aoi se me acercó sensualmente y comenzó a desabrochar mi camisa.
-Esto es lo que suelen hacer primero tus ligues de bar, ¿no?-dijo
-No, lo primero que suelen hacer-tomé su rostro entre las manos, obligándole a mirarme-es esto-junté mis labios con los suyos
Cuántas veces soñé con hacer esto, cuántas veces soñé con tenerle así... Pero claro, él no lo sabe...
Conseguí que entreabriese sus labios e introduje mi lengua en su cavidad. Nuestras lenguas luchaban por el poderío, por el control en ese beso, pero Aoi sabía que yo saldría vencedor, porque de todas formas eso es lo que él desea, lo sé. Conseguí llevar mis manos hasta su camisa, la desabroché y se la quité, y él me quitó la mía. ¿Dónde lo haremos? ¿En el salón? ¿En la habitación? ¿En el baño? No sé...
-¿Dónde quieres que lo hagamos, Uruha?-dijo Aoi, soltando el cierre de mi pantalón
-¿Tanta prisa tienes?-gemí al notar su mano sobre mi miembro
-Tengo ganas de hacerlo contigo, ¿es eso malo?-introdujo su mano en mi ropa interior
-Realmente... ahh~... no...
Traté de guiar de nuevo la situación, aunque con las caricias de Aoi en mi miembro realmente me estaba costando. Volví a besarle, le tomé de la cintura y le guié hacia el sofá del salón mientras le desabrochaba los pantalones. Le tumbé en él conmigo encima, me separé un poco y de un tirón le quité los pantalones, dejándole solo en ropa interior. Después, llevé mis labios a su cuello, donde me dediqué a besar, lamer y morder su piel, haciendo que Aoi emitiese gemidos de placer. Llevé mis manos a sus pezones y comencé a jugar con ellos, haciéndole gemir más fuerte, y al estar apoyado en él, me di cuenta de que su miembro se endurecía cada vez más, al igual que el mío.
-Te estás poniendo bastante duro, Aoi-le dije contra la piel de su cuello
-Como para no hacerlo... ahh... contigo estando encima de mí...
-Jajaja.
Abandoné su cuello para bajar poco a poco por su torso, detenerme en sus pezones, lamerlos y morderlos, mientras que mis manos bajaban más aún, hasta sus bóxers. Pasé la mano sobre ellos, notando su miembro. Oh, joder, qué dura la tenía... Bajé sus boxers y se los quité, y una vez desnudo, bajé con mis labios hasta toparme con su miembro. Quería hacer este momento lo más largo posible, quería hacer que me rogase, que me suplicase...
Empecé por tomar su miembro entre mis manos y acariciarlo con delicadeza, lentamente, muy lentamente, torturándolo. Después, pasé la lengua con cuidado por toda su longitud; sentí cómo Aoi se estremecía.
-¿Quieres más, Aoi?-pregunté lentamente
-S-sí... por favor...
Sonreí.
Cogí de nuevo su miembro entre mis manos y lo introduje lentamente en mi boca, hasta el fondo, y después lo saqué con la misma lentitud, apretando ligeramente con los labios, lamiéndolo. Quería torturarlo, hacerle gritar y suplicar que fuese más rápido, y por la cara de placer que estaba poniendo Aoi en esos momentos, creo que no tendré que esperar mucho. Repetí los mismos movimientos un poco más, muy lentos, hasta que Aoi gimió y me miró.
-¡Oh, dios, Uruha! ¡Necesito más! ¡Por favor!
-Como tú quieras...
Aumenté el ritmo un poco, pero solo un poco, siendo aún lento; quería que me suplicase más...
-Por favor, Uruha... ahh... deja de torturarme... más rápido... por favor...
-¿Qué quieres que haga más rápido?-dije
-¡Masturbarme, joder!-exclamó con las mejillas sonrojadas
-Eso está mejor-dije, y aumenté la velocidad de mis movimientos
No se cuantas veces me había imaginado con Aoi en una situación parecida, demasiadas, creo. Él siempre me hace sentir que no puedo vivir sin tenerle, sin amarle, pero claro, él no sabe nada, porque no se siquiera si le gustan los hombres... Demos las gracias al alcohol por la ocasión de estar con él. Seguí masturbándole con rapidez, introduciendo su miembro en mi boca y succionando durante un rato, hasta que Aoi, con un fuerte gemido, se vino en mi boca.
-Humm... sabes muy bien, Aoi... Tenía ganas de probarte...-dije mientras me relamía los labios
-Ahh... Uruha... yo...-comenzó a decir, jadeando
-¿Qué pasa?
-Quiero que...-se acomodó mejor en el sofá y abrió sus piernas-Quiero que lo hagas ya...
-¿Qué es lo que quieres que haga?-dije sensualmente, bajándome poco a poco los pantalones-. Pídemelo bien, Aoi...
-Yo... oh, Uruha, yo... Joder... fóllame... Fóllame ya... Por favor...-dijo más sonrojado que antes
-Claro que sí, Aoi...-dije mientras terminaba de despojarme de mis pantalones y mi ropa interior.
Abrí sus piernas y me situé entre ellas; le miré. Aoi tenía algunos mechones de pelo pegados a su rostro, las mejillas rojas y su cuerpo lleno de sudor, era una visión muy hermosa... Llevé dos de mis dedos hacia su boca, los lubricó e introduje uno en su entrada. Al principio gritó, pero al poco comenzó a acostumbrarse. Introduje un segundo dedo, y después un tercero con el objetivo de dilatar su entrada lo máximo posible para que no le doliese. Cuando ya estuve seguro de que estaba preparado, coloqué la punta de mi miembro contra su entrada y le cogí por la cadera.
-¿Preparado?
Observé a Aoi de nuevo. Apartó unos mechones de pelo mojado del rostro y me miró a los ojos.
-Sí, estoy preparado.
Eché mi cadera hacia adelante y le penetré de una sola vez, provocando que Aoi emitiese un grito de dolor, cerrase los ojos con fuerza y curvase su espalda. Me quedé quieto dentro de él esperando a que se acostumbrase.
-Oh, dios, Uruha... Qué grande la tienes... Ahh... ¿A qué esperas para moverte?
-Ya voy, mi impaciente guitarrista...
Volví a echar la cadera hacia atrás y volví a enterrarme dentro de él, llegando hasta lo más profundo, provocando que Aoi gimiese y arquease un poco más la espalda. Seguí moviéndome dentro de él con un ritmo constante, rápido y fuerte, provocando que Aoi gimiese lujuriosamente y que se mordiese el labio inferior. Traté de aumentar un poco más la velocidad, y de pronto, Aoi se incorporó y se abrazó a mí, apoyó la cabeza en mi hombro y gimió en mi oído, excitándome más de lo que ya estaba. Aproveché para mover la cabeza y alcanzar sus labios, besándole con pasión, siendo correspondido por él con la misma intensidad, con nuestras lenguas jugando a entrelazarse, luchando por el poderío.
Nos separamos cuando notamos que nos faltaba el aire.
-Uruha... ahh... creo que... no voy a... ahh... poder aguantar... más.... ¡ahh!
-Yo tampoco... ahh... Aoi... yo... ahh... tampoco...
Aumenté todo lo que pude el ritmo de las embestidas, llegando a enterrarme en lo más profundo de su cuerpo, haciéndolo prácticamente insostenible, provocando que nuestros gemidos se alzasen y se uniesen en uno solo, hasta que ambos terminamos a la vez, Aoi entre nuestros cuerpos y yo dentro de él, dando un fuerte gemido.
Aoi se dejó caer hacia atrás y yo salí de su cuerpo. Le observé: su cuerpo estaba cubierto de sudor, sus cabellos mojados... Cogí una manta y se la eché por encima, recogí mi ropa y fui a darme a una ducha.
Mañana será un día complicado...
~Punto de vista de Aoi~
Nada más despertar, sin ni siquiera abrir los ojos, supe que no estaba en mi casa. Y no sólo por el hecho de estar echado en un sofá, sino por el olor del sitio.
Olía a Uruha.
Abrí lentamente los ojos y, efectivamente, estaba tumbado en un sofá, tapado con una manta. Desnudo. Miré a mi alrededor y vi que mi ropa estaba en un sillón. Me levanté, me vestí, y fui a buscar a Uruha, que por el ruido, estaba en la cocina. Según entré, le vi cocinando, preparando el desayuno.
-Buenos días, Uruha...
-Buenos días, Aoi ^^ ¿Qué tal dormiste?
-Bueno, bastante bien...-le miré-Por cierto, Uruha...
-Dime-dijo, dándose la vuelta y mirándome a los ojos
-¿Por qué estaba durmiendo desnudo en tu sofá?
Pareció dudar. Se acercó a mí y me miró con intensidad a los ojos.
-Bueno, pues anoche, tú y yo... en el bar... bueno, estuvimos bebiendo juntos y...
-Y te pedí que me llevases a tu casa, lo sé-le dije
-Espera, lo... ¿lo recuerdas?
Miré a Uruha divertido, realmente me encantaba dejarle así, sorprendido.
-Claro que lo recuerdo todo, Uruha. Casi no bebí anoche, todo lo que dije, todo lo que hice, fue por voluntad propia.
-Yo... yo creía que...
-¿Que estaba borracho? Pues no, no lo estaba... Todo lo de anoche lo usé como excusa para estar contigo, porque bueno... realmente hacía muchísimo tiempo que quería besarte, abrazarte, dejar que me tomases... porque Uruha...-me acerqué a él
-¿Sí?
-Te amo-dije, y posé mis labios sobre los suyos
Al principio noté que Uruha se sorprendía por lo que yo había hecho, pero me dio igual, yo seguí adelante, acariciando sus labios con los míos, dándole a entender que lo que había dicho antes era totalmente cierto.
-Aoi, yo también te amo-susurró Uruha sobre mis labios en un momento que se separó, y volvió a besarme, con pasión, haciéndome entreabrir mis labios, adentrando su lengua en mi boca, jugueteando con la mía. Nos separamos cuando notamos que nos faltaba el aire.
-Uruha, esta vez no me lo hagas en el sofá... Vamos a tu habitación, ¿vale?
-Está bien...
Me dejé guiar por Uruha hasta su habitación, que estaba casi a oscuras. De camino, fui desabrochando su camisa y acariciando su pecho, mientras que él se dedicaba a besar mi cuello y jugar con su lengua en las zonas más sensibles. Una vez llegamos a la habitación y Uruha cerró la puerta tras de sí, me quité la camisa, la dejé a un lado, le quité a Uruha la suya y dejé que me tumbase en su cama. Cada caricia de Uruha me excitaba cada vez más y más, haciéndome estremecer, haciéndome querer más. Sentí cómo me desabrochaba el pantalón y me lo quitaba, cómo se dedicaba a jugar con mis pezones. Rápidamente, desabroché su pantalón y llevé mi mano hasta su miembro, acariciándolo por encima de su ropa interior, haciéndole gemir. Ayer por la noche fue él quien me tocó así, y no pude darle nada a cambio... Esta vez me toca a mí. Bajé ligeramente sus bóxers y tomé su miembro entre las manos, acariciándolo con suavidad, provocando que Uruha gimiese. Aumenté el ritmo un poco más, pero de pronto, Uruha se levantó, me quitó la ropa interior, se quitó toda la ropa que le quedaba y se tumbó sobre mí.
-Lo siento, pero no vas a ser tu solo quien haga esto...-dijo
Entonces, tomó mi miembro entre sus manos y lo introdujo en su boca, haciéndome gemir con fuerza, y justo en ese momento me di cuenta de que yo también podía hacer lo mismo que Uruha, así que le imité. Estuvimos un rato así, dándonos placer mutuamente, hasta que ambos terminamos en la boca del otro.
-No lo haces mal, Aoi-me dijo sonriendo-, pero ahora llega mi turno...
Vi cómo Uruha se situaba entre mis piernas y me miraba sensualmente. Lubricó dos de sus dedos y los llevó a mi entrada. Introdujo el primero, lo que me hizo gritar de dolor, y comenzó a moverlo dentro de mí para dilatar mi entrada. Al poco introdujo un segundo dedo, y después un tercero, dilatando mi entrada. Ya no me dolía tanto, lo que ahora sentía era una mezcla maravillosa de dolor y placer. El dulce y doloroso placer que desde hacia tiempo quería sentir con Uruha.
Al poco, Uruha retiró los dedos de mi entrada y colocó la punta de su miembro contra ésta, haciendo una ligera presión.
-Hazlo ya, Uruha... por favor...
-Está bien...
Uruha tomó mis caderas con firmeza y echó su cadera hacia delante, penetrándome de una sola embestida, lentamente, dándome tiempo a asimilarlo. Gemí con fuerza al sentir la longitud de Uruha dentro de mí, tan profundo...
Al poco comenzó a moverse, con un ritmo lento, suave, perfecto, transmitiéndome una dulzura inimaginable. Lo amo tanto... Cada embestida que me daba era tan profunda, llegaba hasta lo más profundo de mi cuerpo, haciéndome sentir cosas que en la vida había sentido. Cada caricia de sus manos sobre mi cuerpo me hacía vibrar, cada beso que depositaba en mi piel me hacía suspirar...
-Nnn... Ahh... Uru...ha... yo...-comencé a decir
-¿Sí? ahh...
-Uruha... nnhh... te... te amo... ahhh...
-Yo... ahh... también... Aoi... ahh... desde... siempre...
Uruha aumentó el ritmo, las estocadas se volvieron algo más rudas, algo más profundas, si eso aún era posible. Le eché los brazos al cuello y me apegué a él todo lo que pude, moviéndome a la vez que él, haciendo cada movimiento más placentero aún, hasta que noté ese cosquilleo por mi espalda, que indicaba que ya no iba a poder aguantar más.
Después de unas estocadas más, Uruha y yo terminamos a la vez, él dentro de mí y yo entre nuestros cuerpos. Uruha salió de mi cuerpo y tapó nuestros cuerpos con una sábana. Me abracé a él.
-Y pensar que todo esto empezó con una copa...-le dije
-¿Con una copa?
-Sí, jeje. Fue hace tiempo, la primera vez que salimos juntos a tomar algo. No recuerdo muy bien qué fue lo que me diste a probar, sólo se que era una bebida muy fuerte, y a mi me dejó medio borracho xD a ti del todo... y justo en ese momento me besaste-le miré-. Dios, aquel beso que me diste... nunca podré olvidarlo...
-Pues no lo olvides... ah, y que conste, yo no estaba borracho xD me lo hacía.
-O.O ¿Te lo hacías?-eso no me lo esperaba
-Es que llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo...
Sonreí. Me incorporé y me situé encima de él. Le miré a los ojos.
-Pues vuélvelo a hacer, Uruha... todas las veces que quieras-dije, acercando mis labios a los suyos
-Será un placer. Aoi... Te amo-dijo, uniendo sus labios con los míos en un beso que jamás olvidaré.
Fin
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